Capítulo 73 - Desconfianza (2)

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En el momento en que su padre mencionó a su madre, la expresión de Yoongi se volvió descaradamente fría sin ningún disimulo. Fue como una advertencia. Selgratis chasqueó la lengua viendo el vívido rechazo en el rostro ajeno.

— ¿Todavía le guardas rencor a tu madre? —Preguntó, mirándolo con desaprobación.

— ¿En serio lo estás preguntando? —Preguntó devuelta con un tono sarcástico.

Sabía que el Rey lo toleraría aunque fuera un poco arrogante. Es más, desde que mencionó a su madre, era natural que reaccionara de esa manera. El Rey suspiró al mirar los ojos enfadados de Yoongi.

—Sí. Creo que la situación pudo haber sido distinta. Si hubiera hecho algo un poco antes, tu madre no habría actuado de forma tan extremista. Era una verdadera lástima. —La expresión del viejo hombre se ensombreció.

El corazón de Yoongi se ablandaba cada vez que su padre ponía esa cara. Al final, ambos eran de la misma sangre.

Sus grises ojos se posaron sobre el cabello de su padre, vislumbraron los años donde alguna vez fue similar al suyo. Resultaba difícil permaneces enfadado con su padre que envejecía poco a poco.

—Todo quedó en el pasado. Ahora vivo bien bajo la gracia de Su Majestad...

Fue una breve respuesta. Era evidente que no quería seguir hablando de su madre. Selgratis, que se dio cuenta de ello, cambió el tema de conversación. —Entonces, ¿Cómo va tu matrimonio?

—Ya que es un matrimonio organizado por Su Majestad, mantenemos las apariencias... —Respondió indiferente.

La mirada del mayor cambió cuando escuchó esa respuesta. Parecía examinar si Yoongi estaba realmente bien en el matrimonio, o si se trataba de una respuesta sencillamente formal. Pero no pudo descifrar nada en el rostro inmutable de Yoongi.

Habló después de haber estado sumido en sus pensamientos. —Son dos personas fundamentalmente diferentes aunque sean esposos. No confíes en él de forma imprudente, no le cuentes demasiado. Jimin puede parecer una flor inofensiva en la superficie, pero es un integrante neto de la familia Park. Yo debo priorizar a mi familia. No sé qué planes podría idear más adelante con las debilidades que conozca de ti, ¿Entiendes?

Yoongi no respondió inmediatamente. En el pasado, habría creído firmemente en esas palabras y las habría grabado en su corazón, pero ahora no.

De repente, vino a él la débil voz de Jimin. Las breve palabras que él había susurrado aquel día, llegaron hasta lo más profundo de su corazón.

"—Yoongi, tú eres mi familia. Por lo que... quiero protegerte".

Fue absolutamente ridículo. Un doncel pequeño que apenas podía alcanzar su pecho no podría protegerlo. Apenas podía sostener bien una cuchara con su delgada muñeca. Pero corazón dolía cuando pensaba en su voz.

Yoongi se levantó de su asiento, apartando la mirada para ocultar sus ojos oscurecidos.

—Me voy. Cuide su salud, Su Majestad.

Selgratis no dijo nada. Yoongi salió de la sala de audiencia mientras el Rey lo observaba en silencio. El Palacio Real era elegante, pero siempre le parecía sofocante, sentía que no pertenecía a este lugar. Quizá se debía a la sangre sucia en sus venas.

Caminó hacia el carruaje dispuesto a regresar a casa. Jimin había ido a dar un paseo en bote durante el día, así que probablemente él ya estaría en la mansión esperándolo. Se imaginó al doncel recibiéndolo con alguna ropa cómoda con esos ojitos brillantes que le habían recordar tanto a la miel.

Relamió sus labios intentando contener una boba sonrisa, pero su mirada se tornó repentinamente desagradable en cuanto un hombre se interpuso en su camino. Aparte del Rey Selgratis que acababa de verlo, había otro hombre en el Palacio Real con los ojos similares a los suyos, y aquellos brillaban fríamente y determinado.

El apuesto hombre de cabello platinado casi transparente como el hielo, le habló con un tono desafiante. —Hablemos un momento, de hombre a hombre. —El Príncipe Heredero salió de las sombras. A diferencia de su actitud habitual, ahora tenía un rostro sombrío, tal vez fue porque había experimentado emociones intensas como la pérdida, celos y posesividad.

Yoongi mostró una sonrisa ahora que se enfrentaba a esos ojos crueles, ansiosos por hacerle daño. —Esto es lo que estaba esperando.

Era un hombre que nunca evitaba unapelea que otros han buscado. Además, no importaba cuánto ladrara Namjoon, sóloera una rabieta de un perro que había perdido la batalla en lo único bueno quetenía en su vida. Yoongi fue quien se casó con el doncel de su vida. Y leenorgullecía serlo. Así que Yoongi siguió a Namjoon tranquilamente.

Por segunda vez - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora