Capítulo 76 - Emoción Desconocida (1)

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Jimin miró a Yoongi con sus ojos nublados. Si Yoongi se escuchara, se daría cuando quién realmente se odia así mismo.

A Jimin no le estaba gustando la forma en que se estaba desarrollando la situación. Yoongi mordía su cuello mientras lo tocaba con brusquedad. Con temblor en sus manos, extendió sus brazos para abrazarlo, pensaba que sería una manera muy eficaz para que se detuviera, en lugar de empujarlo y contraatacar antes de que empiece a ser salvaje con su cuerpo como solía hacerlo en el pasado.

Y no se equivocó. La punta de los dedos de Yoongi, que estaba a punto de desnudarlo, se congelaron inmediatamente.

—... ¿Por qué haces esto?

Yoongi frunció el ceño. Intentó retroceder como si se sintiera terriblemente incómodo en medio de un abrazo tan cercano con Jimin. Pero el doncel rodeó con todas sus fuerzas la parte superior de su cuerpo.

— ¿De verdad piensas que te odio? —Le preguntó a Yoongi con su voz melancólica.

Los grises ojos observaron en silencio a Jimin. Sus labios enrojecidos por el beso, sus hombros blanquecinos expuestos por el camisón desarreglado, e incluso tenía los ojos húmedos. Se sintió mal porque lo hizo sentir incómodo ya.

Jimin, sin poder retenerlo, algunas lágrimas de Jimin se deslizaron hasta su suave barbilla, aterrizando sobre el corazón de Yoongi, provocando una gran ondulación. Yoongi movió su mano hacia su rostro dispuesto a secarle la piel.

Pero el triste Jimin murmuró justo. —Tú fuiste el que dijo eso en realidad.

—... ¿De qué hablas?

Yoongi se puso rígido cuando tardíamente entendió sus palabras. Se sentía como si estuviera siendo estrangulado, ahora que lo pensaba, había dicho varias veces que lo odiaba.

El corazón de Yoongi se encogió nuevamente al darse cuenta de que estaba ahora en la misma situación.

Pero ya había herido profundamente a Jimin. Estaba agotada de calmar el estado de ánimo malhumorado de Yoongi. Le había dicho descaradamente "te odio", pero ahora le reprochaba por algo del pasado incluso antes de conocerlo. Estaba frustrado, triste y sobre todo, desdichado.

Jimin, que levanto la mirada, rodeó el cuello de Yoongi con sus brazos. Pensaba que algún día tendrían una conversación sobre ello, pero sabía que en el momento en que fuera sincero sobre sus sentimientos, su relación con Yoongi terminaría. No lo creía necesario justo ahora.

—Te he dicho que no te odio, te lo he dicho muchas veces... —Habló con un tono de voz cansado, mirando aquellos ojos grises que temblaban ligeramente. Lo hacía sentirse tan miserable como una flor a punto de marchitarse. —Eres mi esposo, Yoongi... eres lo único que tengo... ¿Por qué sigues reprochándome por algo que no siento y que solamente tú te imaginas?

Las palabras de Jimin fueron muy directas, haciendo que el rostro de Yoongi se calentó de repente cuando comprendió el significado de sus palabras. Volteó su rostro como costumbre para ocultar su rostro sonrojado. Las palabras de Jimin sonaron como una confesión, así que su corazón se aceleró.

Jimin sabía que no le diría nada al respecto, así que suspiró y apoyó derrotado su frente en el duro hombro de Yoongi. — ¿Y tú? ¿Te gusto al menos un poco?

Yoongi se congeló y no pudo responder su pregunta.

Jimin sonrió con desgana, levantando su frente de su hombro y apartando sus brazos. —Me lo imaginaba. —Soltó entre un murmullo.

— ¿Por eso te escapaste? Eres un estúpido

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— ¿Por eso te escapaste? Eres un estúpido. —Harry se rió histéricamente después de vaciar su vaso.

Yoongi lo miró furioso, pero sorprendentemente no dijo nada. En realidad no tenía nada que decir aunque tuviera diez bocas. Tragó de golpe el licor de su vaso. Si pudiera matarse metiendo la nariz en el vaso, lo habría hecho con gusto.

"— ¿Te gusto al menos un poco?"

Las palabras de Jimin seguían resonando en su oído, pudo percibir la tristeza en su voz. Se revolvió su negro cabello con enojo. Ni siquiera le preguntó si lo amaba, sólo le preguntó si le gustaba, como si pudiera satisfacerse sólo con eso. Pero tampoco fue capaz de responder eso.

— ¿Lo amas? —Preguntó Harry, recostándose en el sofá. Yoongi vació otro vaso de licor en lugar de responder. Su esófago ardió por el exceso de alcohol en menos de 30 minutos, pero gracias a su efecto la conversación difícil empezaba a dar comienzo.

Yoongi limpió sus labios húmedos con el dorso de la mano antes de hablar. —No lo sé.

Se burló. — ¿No lo sabes?

—No puedo saber algo de lo que nunca he tenido ni idea.

Y era cierto, no tuvo amor ni amó a alguien. Ni a algún familiar, mucho menos a una mujer o a un doncel.

El mundo que conocía era sólo un lugar cruel e implacable, así que primero mató desesperadamente sus debilidades, luego canalizó su rabia en la espada. Y era afortunado de haber obtenido fuerza, riqueza y poder para situarse por encima de los demás.

Por segunda vez - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora