Capítulo 65 - Infiltración (2)

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Entre un suspiro nervioso, se puso la máscara ceremonial. Su disfraz estaba completo. Hoseok tomó la delantera como conducirlo fuera de la cripta. — ¿Crees que es prudente salir con ese aspecto? —Cuestionó tras mirar la espalda de Hoseok que se movía lentamente.

El cuerpo de Hoseok estaba pintado con un pigmento de bronce, además, estaba vestido con un quitón de color oscuro como si fuera un antiguo Dios. Sin embargo, a pesar de su apariencia, todavía era una tarde soleada donde todos lo verían.

Pero él no respondió.

Jimin lo siguió con una mirada vacilante, manteniendo un poco de distancia con Hoseok, temía profundamente que lo descubrieran por esto. Pero a medida de que se acercaban al Templo, este temor se desvaneció de forma natural. — ¿Qué hacen esas personas? ¿Por qué se ven de esa manera...? —Preguntó a Hoseok, mirando disimuladamente. Los alrededores del templo estaban abarrotados de gente. Notó que varios hombres también tenían la apariencia de Hoseok. De hecho, había personas quienes fueron mucho más extremistas con sus disfraces.

Algunos tenían cuernos de cabra en sus cabezas como antiguos demonios, incluso tenían los alrededores de los ojos pintados de negro. Algunas mujeres y donceles llevaban alas blancas hechas con plumas de pollo.

Hoseok parecía normal a simple vista a comparación del público. Hoseok se inclinó finalmente respondiendo. —Con razón te has sorprendido tanto en la cripta. Es la primera vez que asistes a la ceremonia de otoño ¿Verdad?

—Sí. Nunca tuve la costumbre de frecuentar el Templo. —Confesó con franqueza.

En el Reino de Deltium no existía una devoción religiosa. Por supuesto, no solo se reconocía la existencia de Dios, sino que también se respetaba a los sacerdotes. Sin embargo, cuando se trata de las creencias religiosas individuales, la situación era un poco diferente.

En Deltium se permitía la libertad religiosa. Más bien, no se incentivaba por temor a que un exceso de confianza en la religión amenazara la autoridad real. Quienes creían participaban en las costumbres religiosas, y quienes no creían no se interesaban por la religión. Cabe destacar, que el padre de Jimin no pertenecía a los creyentes.

"—Sólo los débiles se apoyan en Dios."

Jimin recordó el frío movimientos de los labios de Gregor al hablar con desprecio. Jimin no tenía más remedio que seguir lo que decía como un hijo obediente. Parecía más una propiedad de Gregor que una persona.

La expresión de Jimin al recordar a su padre y cómo vivía antes de casarse, se oscureció. Hoseok lo notó, y quiso desviar su atención, tomando la mano de Jimin.

Levantó la mirada hacia Jung, ya que le había dicho a él que no tocara su cuerpo de forma imprudente, pero estaba haciéndolo. Justo cuando Jimin estaba a punto de regañarlo con el ceño fruncido, Hoseok le puso un fino brazalete de plata en la muñeca.

—Este brazalete servirá para engañar. Di mentalmente la palabra "Brilla". —Entrecerró sus ojos como una luna creciente.

Jimin mirándolo, antes de echarle un vistazo a su muñeca desconcertado. Pensó por reflejo en la palabra "Brilla", y para su sorpresa un brillo como el de una luciérnaga se mostró desde su palma. Parecía que estuviera manifestando algún poder sin saberlo.

—Devuélvelo después de usarlo. Es valioso. No lo prestamos, pero eres un cliente especial.

—Gracias. Es un brazalete muy interesante, lo cuidaré bien. —Asintió.

Apretó aún más la unión del brazalete en su muñeca, temiendo perderlo. Hoseok parecía un mago porque tenía un artículo mágico tan misterioso. Por supuesto, fue una idealización ridícula porque la magia antigua casi había desaparecido por completo.

Justo cuando Jimin se había puesto el brazalete, varias personas reunidas frente al Templo, se acercaron. Se trataba de las personas que había estado mirando antes, poniéndose nervioso y expuesto. Creyó que lo verían sospechoso, pero entonces un hombre mayor parecido a su padre, se inclinó cortésmente.

—Por favor, concédeme la gracia de la Santa Diosa. Oh, fiel servidor de la Diosa.

Jimin en ese instante entendió para qué usaría la pulsera. Aclarando su garganta, habló con una voz más baja que de costumbre. Se comportó de forma tan solemne como un sacerdote. —E l aliento de la Diosa siempre estará contigo. Oh, devoto cordero de Diosa.

Puso la mano en la cabeza del hombre, y entonces pensó en la palabra "Brilla". Afortunadamente, salió luz de la mano de Jimin como antes, y las personas que lo rodearon dando la bendición, exclamaron asombradas.

Miró a su alrededor tras terminar de dar la bendición, detallando las reacciones ajenas tranquilamente porque llevaba una máscara. Gracias a su creíble actuación, nadie sospechó de él. Sin embargo, fue tan bueno en esto que hubo algunos efectos secundarios.

—Bendíceme también. —Se acercó uno.

— ¡Yo primero, quítate de mi camino!

— ¡Por favor, mantengan la fila! ¡¡No se coleen!!

En un abrir y cerrar de ojos, se formó una larga fila frente a él. Observó la fila con pánico. "¿Tengo que bendecirlos uno por uno? ¿A todos?" En este caso, no podría moverse de este lugar hasta que se ocultara el sol. Además, le preocupaba que otros sacerdotes lo pudieran descubrir por el revuelo que estaba causando.

En definitiva, estaba en problemas. 

Por segunda vez - YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora