Capitulo 26 "Todavía es mía"

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Han pasado ya unos meses desde que oficialmente soy la novia de peeta mellark, aun no puedo creer lo que es mi vida hoy en día; nunca pensé que me encontraría en esta situación, si precisamente me fui para olvidar al hombre, que hoy es mi novio.

Hay veces que pienso que hubiese sido bueno el hecho de disfrutar un baile, el baile de graduación o cosas así, me hubiese encantado terminar la escuela con mis amigos de la infancia; pero luego recuerdo que las cosas no dependían de mí en el pasado, quien tenía plena decisión sobre mí era mi padre, considerando lo que me perdí por estar lejos, debería odiarlo, pero no lo hago.

Él ya ha sufrido demasiado en su vida, primero ha sido dejado de lado por mi abuelo y después abandonado por mi madre; pero no porque a él le haya pasado eso significa que a mí también me pasara, mi abuela tiene razón, no me puedo amargar por tratar de agradarle; si él me quiere tanto tendrá que aceptar la mujer que soy y no la que quisiera que fuera.

 Aunque estoy consciente de esto, también pienso que si le digo todo lo que siento no me entenderá, es mejor que siga pensando que sigo siendo la mujer que llego del capitolio, aunque me aseguro cada día que no es así. cada día cambio con peeta a mi lado, cada día lo quiero un poco más y no entiendo como eso es posible...

Me arreglo con esmero, esta noche iré a cenar a la casa de los mellark, antes no habíamos organizado nada porque el papa de peeta se la pasa de viaje, al parecer el negocio familiar está creciendo y mientras su hijo cuida las panaderías de este distrito, él se encarga de supervisar el resto, en otros lugares. En este último viaje peeta había tenido que acompañarlo, espero que no se haga costumbre, no me gusta que este tanto tiempo lejos.

 Tengo puesto un vestido de seda de color azul marino con la parte trasera más larga que la delantera, unos zapatos negros de tacón y solo un poco de maquillaje, nunca me ha gustado exagerar con esas cosas, mi cabello esta medio recogido.

Voy bajando las escaleras y lo veo, de traje se ve más guapo que de costumbre, tiene uno negro con una camisa blanca abierta que deja a relucir un poco de su pecho; está hablando con mi abuela, pero cuando me ve se levanta del sofá, se acerca, mi corazón se acelera ante su sonrisa. Cuando llega a mi lado nos abrazamos como si hace miles de años no nos hubiésemos visto, me tiende su mano, me hace girar para seguro contemplar la novia que llevara a su casa, espero verme bien.

-te ves espectacular-dice sonriendo y tomándome de las manos-te extrañe demasiado, no vuelvo a irme.

-gracias, tú también te ves muy apuesto-digo y me acerco a darle un dulce beso.-te extrañe también.

-mírense los dos, si son perfectos juntos-dice mi abuela y los dos giramos a verla- si se ven así ahora, ¿como se verán el día de su boda?

-abuela no digas esas cosas, peeta va a pensar que lo estás presionando-le digo y la miro apenada.

-pero ya es hora mi niña, ya es hora que hagan su vida juntos, que formen una familia, aunque llevan poco tiempo de novios, ustedes se aman desde niños... a pesar de que han estado separados, se ven más felices cada día-de repente baja la vista-aunque de seguro peeta te llevara a vivir a su hacienda y no te veremos tanto, pero soy feliz si tú eres feliz.-dijo otra vez sonriendo.

Yo solo me agarro la frente con una mano y muevo de lado a lado mi cabeza, no puedo creer que mi abuela nos esté haciendo este planteo.

-yo opino igual que usted señora sae, nada más que katniss es la que me tiene que dar el sí, yo me hubiese casado hoy mismo- dice peeta,  lo miro con cara sorprendida.

-bueno, bueno, dejémos las tonterías de lado y mejor vamos para tu casa que se nos hace tarde, adiós abuela-le digo y lo arrastro tomados de la mano hasta la entrada.

-¿no se van a despedir los novios?- dice mi papa que justo está entrando.

-adiós señor, fue un gusto hablar con usted-dice de repente peeta estrechando la mano de mi papa... no entendía...

-¿de que? ¿cuando hablaron ustedes dos?-intervine mirando a ambos.

-preciosa, el chico estuvo esperándote por horas y de paso aprovechamos para hablar-me dijo esto y me guiño el ojo- que la pasen bien-nos dijo y me dio un beso en la mejilla- cuídala muchacho y tráemela temprano que todavía es mía-señalo con su dedo índice a peeta, el cual solo asintió; 

-¿de que hablaron?- le pregunte mientras me abría la puerta de la camioneta.

-de nada... cosas, negocios, familia, en fin...¿nos vamos?-dijo nervioso, sentía que algo me ocultaba, solo asentí, no me gustaba que peeta y mi papa tuvieran secretos.

Cuando llegamos a la casa mellark no me salve de los abrazos y los besos de  la señora susan, me saludo como si no me hubiese visto en meses, y era así, desde mi cumpleaños no nos veíamos.

-¡ay katniss! Que emoción, mírate si estas hermosísima, con razón llamas tanto la atención, ¡como no has venido antes! moría de ganas verte-me dijo con su tono particular y  apresurado; siempre me había tratado como una hija y aun lo hacía.

-gracias señora, usted se ve esplendida también y lo siento, es que en la hacienda he tenido mucho trabajo con los animales, mas ahora en invierno que se enferman más y hay que estar pendientes-le digo avergonzada, es verdad que no he venido antes y de eso me siento culpable, pero en teoría peeta y yo llevamos solo unos meses de novios, sin embargo son mis padrinos, tendría que haber venido antes.

-además de hermosa, trabajadora, si que te has ganado la lotería hijo- dijo de repente el señor Josep, acercándose a abrazarme.- ya te extrañábamos katniss, y entendemos que no hayas podido venir, después de todo yo tampoco he estado mucho...¿les parece que pasemos a cenar?

En la cena poco a poco volví a tomar confianza con los señores, hablamos durante todo el tiempo  de lo que habíamos pasado estos años. Ambos me trataron como si estos no hubieran pasado, como cuando mi papa me hecho de la casa y yo vine a vivir con ellos unos días. Nos encontrábamos sentados en el salón, yo junto a peeta en el medio, su mama a mi derecha y el papa de peeta al lado de este.

-aún recuerdo esos días, peeta andaba más feliz que nunca teniéndote aqui, espero que pronto vuelva a ser así-dijo la señora mellark tomando mi mano, le sonreí, también esperaba eso, esperaba el día en que peeta me pidiera que fuera su esposa.

-yo lo que quiero pronto son nietos, ya me estoy volviendo viejo-dijo el padre de Peeta, lo mire sonrojada, no decía nada pero mis caras seguro lo decían todo.- ¿te gustaría tener muchos hijos  katniss?

-papa, por favor, no digas esas cosas, ni siquiera nos hemos casado...-de repente interrumpo a peeta tomando de su mano y le contesto a su papa.

-si señor mellark, siempre me ha hecho ilusión tener muchos hijos, me gustan las familias  grandes-peeta me miro y me sonrió, era una sonrisa diferente, una sonrisa de determinación, no sabía que se traía entre manos, pero sabía que algo iba a hacer.

-esta muchacha es perfecta, ¿la oíste amor? ¡Voy a tener muchos nietos!-dijo el padre de peeta dirigiéndose a su esposa y todos reímos.

Así seguimos hablando un largo tiempo, entre risas y anécdotas, hasta que los papas de peeta se retiraron a descansar.

-bueno, nosotros ya nos vamos, peeta te tiene que mostrar algo-dijo el señor Joseph guiñándome el ojo y tomando a su esposa de la mano; ambos se despidieron de mi con un beso y un abrazo. De repente susan me hablo.

-espero que pases más seguido querida, fue un gusto tenerte, tenemos muchas cosas más que hablar-me dijo con una sonrisa.

-sí, tratare de venir más seguido, nos vemos pronto- dije esto y ellos se retiraron, cuando me gire a ver a peeta este solo me dijo.

-ven tengo algo que mostrarte-agarro de mi mano y me dirigió a su patio, sabia que ahí estaba mi sorpresa, y no quería esperar más, quería saber ya, que era lo que  peeta tenía entre manos.

Y mi amor por ti, aquí perdurara-Primera temporada (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora