(30) El particular enojo de Sara

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Aquel silencio incómodo inundaba el cuarto como si una máquina de vapor estuviera absolviendo todo el aire del lugar.
La cara de Franco dibujaba confusión y preocupación ante la amenazante mirada de su esposa, que ni por un segundo dejaba de mirarlo fijamente a los ojos.

S: Franco, estoy hablando contigo, qué es lo que no puedo saber? ( Volvió a preguntar bastante seria sin recibir respuesta del ojiazul)

Ju: Hermano, es mejor que nosotros bajemos, tienen que hablar.

O: Si, nos vemos abajo.

F: No, no se vayan, no hay nada que tenga que decirle a Sara, todo está bien mi amor( la miró con una media sonrisa que ni él mismo se creía)

S: Estás seguro, Franco Reyes?( Se acercó más a él visiblemente enojada)

O: Definitivamente nosotros bajamos( dijo Oscar tomando del brazo a Juan para salir de la habitación)

Se quedaron solos, la mirada de ella pesaba tanto que a él se le cerraba la garganta, no podía decirle la verdad, porque no pretendía asustarla, pero tampoco podía mentirle Pues Sara nunca le creería y él la amaba demasiado como para estar ante ella y poder mantener cualquier mentira.

S: Franco, te quedaste mudo? Por qué no me dices de una vez lo que estabas hablando con tus hermanos?( Se acercó más)

F: Mi amor, No quiero hablar de eso, porfavor no insistas.( Dijo evitando mirarla, el amaba a esa mujer más que a su vida, y frente a ella, podía llegar a ser débil, muy débil simplemente bajo el peso de su mirada)

Después de estas palabras Sara hizo un gestos de decepción y lo miró desconcertada.

S: Muy bien, No hay nada que hablar entonces.( Dió la vuelta para irse y él la sostuvo por el brazo)

F: Porfavor Sara, no te enojes conmigo, sabes que jamás haría nada para lastimarte.

S: Tu silencio me desconcierta, y que no confíes en tú mujer, me parece realmente doloroso( le regaló una mirada de enojo y tristeza a la vez, mientras se soltaba de su brazo y bajaba con los demás)

Él se quedó destruido, pelear con Sara, o que ella se enojara con él, era como lanzarse de un lugar alto y después sentir que le dolía todo...Pero debía protegerla, conocía que ella era incapaz de quedarse quita si sabía que Enrique le había llamado, y enterarse lo que él le había dicho terminaría arruinando el cumpleaños y la alegría de su familia, sobre todo de ella.
Franco después de meditar por algún momento la difícil situación en la que estaba su familia, decidió bajar a compartir con los demás, aunque estuviese amenazado a sufrir el resto del día mientras Sara estuviese enojada con él.
Todos abajo disfrutaban de alguna manera, Ya Irene se disponía a servir el almuerzo cuando escucharon a Gaby anunciarlo como toda una anfitriona.
Franco y Sara estaban sentados en los lugares de siempre, pero a pesar de que él no dejaba de observarla buscando en su rostro alguna pequeña sonrisa que le acariciara, ella nisiquiera volteaba a verlo, era como si su esposo simplemente no estuviese allí.

G: Irene qué deliciaaaaa( Gaby fue la primera en alagar la exquisita comida de la empleada.)

Ju: Pues sí, esto está demasiado bueno( acotó Juan sin dejar de mirar la comida)

Los demás asintieron con la boca hecha agua al probar semejantes platillos, todos, menos Jimena que daba vueltas y vueltas con los cubiertos, como pensando de qué manera podría comer aquello.
Oscar, Franco y Sara y se percataron de la situación regalándose una mirada haciéndose saber que estaban pensando lo mismo, mientras los demás solo permanecían concentrados en lo que estaban haciendo.

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