Tu terquedad es contagiosa

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N/a: En cursivas estará escrito lo que se dice en español. Y en negritas, lo que Takemichi y Yume se transmiten con miradas y gestos. 



Todo se iría a la mierda en cuestión de segundos. 

No eran rivales para su fuerza, Yume lo supo desde el momento en el que se presentaron en el parque. Aquellos chicos les sacaban una cabeza, como mínimo, sin mencionar que sus cuerpos eran mucho más robustos que el de Makoto, el más grande entre la Mizo. 

Maldijo entre dientes, se suponía que Masaru, el primo de Takemichi hablaría con los de tercero para que no interfirieran en esa pelea. Lo buscó con la mirada y lo encontró al fondo del grupo, con la cabeza gacha, los hombros encogidos y los brazos pegados al cuerpo. 

Sudo frío. 

Se acercó a Takemichi y a Akkun, que lideraban su pequeño grupo. Le toco el brazo a Takemichi para llamar su atención, el solo la volteó a ver con una mirada igual de desconcertada que la suya. Yume solo tuvo que mover ligeramente la cabeza para decírselo: Estaban jodidos.

Tironeo ligeramente de su brazo, un movimiento imperceptible a la vista, pero el rubio lo sintió a la perfección: Vámonos.  

Pero Takemichi devolvió su atención al frente, ante la amenazante presencia del grupo que se acercaba cada vez más a ellos. Y comenzaban a intercambiar un par de palabras. El rubio teñido puso su mano a la altura de su muslo y la rozó suavemente con la yema de sus dedos: Aléjate. 

Yume no se movió, se congeló cuando sus sospechas fueron confirmadas y un miembro del grupo de Kyomasa mandaba al idiota de Masaru por bebidas, y este, obediente como un perro, corrió con la cola entre las patas por lo que le mandaron. No les dirigió ni una sola mirada. 

- Puta madre - Maldijo en español la chica, su idioma materno. El corazón le estaba latiendo tan rápido que le martilleaba en los oídos. Tenían que huir, no eran rivales, les darían la paliza de sus vidas. 

Pero el miedo y la impresión los dejo a todos ahí, congelados en su lugar como vacas esperando entrar al matadero. 

- ¿Y esa quién es?¿Una extranjera? - Preguntó el líder con mala cara, examinándola. - ¿Es de su grupo? 

Los chicos se movieron de inmediato, rodeándola, Michan y Akkun la flanquearon y pusieron sus brazos frente a ella, podría jurar que incluso lo hicieron inconscientemente. Se arrepintieron de hacerlo, pues sus movimientos los delataron y cualquier posibilidad de dejar a Yume fuera de la pelea se desvaneció. 

- Entonces es suya. - Kyomasa la barrió con la mirada, aburrido. 

- Es bonita, pero no tiene cuerpo de extranjera. - Se burló uno de sus hombres. 

- Pero dicen que las extranjeras saben moverse bien. - Las dobles intenciones se percibían a la perfección. Yume se asustó, pero se mantuvo firme en su lugar, observando a los ojos al gorila mala cara. 

- ¡No!- Gritó Takemichi con urgencia, sin saber que hacer. Kyomasa lo observó con interés, ligeramente divertido por su tono apresurado. - Es solo una estudiante de intercambio, una conocida, no es de nuestra pandilla. - Negó él, con la esperanza de que la dejaran marcharse sin golpearla. 

Kyomasa dio un paso y con una orden, sus hombres se lanzaron hacía Yamagishi y Makoto, comenzando a golpearlos con fuerza y sin miramientos. Cómo sacos de boxeo. 

 Yume largo un gritito al ver como tacleaban a Takuya, podía jurar haber escuchado el golpe seco de su cabeza contra el suelo. No observó más, pues sus protectores más cercanos fueron arrojados lejos de ella. Akkun fue recibido con un puñetazo en la mejilla que le volteó el rostro, mientras que Takemichi se sostenía el estómago y uno de los matones lo sostenía con fuerza del pelo, obligándolo a mirar hacia ella y Kyomasa. 

La sexta de la MizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora