N/A: Buenaaas!!!
Dejaré esto por aquí y me iré lentamente. ( ͡❛ ᴗ ͡❛)
Ojalá lo disfruten!!!
Mikey sabía muy bien en lo que se metían al integrar a Yume y a Takemicchi en la ToMan.
Aunque, tenía que admitir que a veces lo sorprendían.
¿Cómo podría siquiera imaginarse que la chica un día llegaría detrás de una moto probablemente robada, aferrada a la espalda de Makoto con brazos y piernas?
¿Cómo imaginarse que Takemichi, un día, llegaría en el asiento del copiloto de una furgoneta blanca, aferrado con uñas a la piel sintética del asiento?
¿Cómo predecir que ambos vehículos entrarían en el estacionamiento del santuarios haciendo carreritas?
¿Cómo saber que la Mizo podría llegar a ser prófuga de la policía?
O sea, ellos también llegaron a huir de la policía muchas veces durante sus peleas, pero nunca se hubiera imaginado que la Mizo estuviera lo suficientemente loca como para, en verdad, ser perseguidos por las patrullas.
La nueva motocicleta entró y se dirigió hacia ellos. Makoto frenó de forma brusca y casi violenta a su lado, la rueda trasera se levantó unos centímetros del suelo, Yume chilló.
Draken hizo una mueca de desaprobación por la forma tan bruta en la que se detuvo, aún más cuando llevaba a la castaña de acompañante.
Yume volvió a chillar, con los ojos cerrados, el rostro aplastado contra la espalda del pelinegro y la piel de sus brazos y piernas erizada, por el frío y el miedo.
La castaña venía totalmente despeinada, su cabello estaba alborotado y enredado. Si no lo tuviera corto, Mikey estaba seguro que se le hubieran hecho nudos imposibles de deshacer, hubieran tenido que sacarlos con tijeras. Venía con las piernas enredadas alrededor del cuerpo del pelinegro, la falda apenas y le cubría lo necesario, incluso parecía que no vestía nada en la parte inferior.
Por su parte, Makoto venía con una sonrisa de satisfacción, emocionado y orgulloso. Con la adrenalina brillándole en los ojos. Estaba igual o más despeinado que Yume.
La furgoneta frenó de una forma igual de seca que la moto.
Apenas se detuvo, la puerta corrediza se abrió de golpe y un apurado y pálido Yamagishi salió del interior, directo a vaciar el contenido de su estómago detrás de la jardinera.
Takuya salió tambaleándose del vehículo, cayendo de rodillas y manos al piso. Murmurando cosas que no lograba escuchar. Hasta parecía que, durante el viaje, vio toda su vida pasar frente a sus ojos.
Takemichi permaneció en el asiento del copiloto, respirando acelerado y con la mirada perdida. Con una mano se aferraba al asiento con las uñas y con la otra se aferraba a la consola. Tenía las piernas tensas, probablemente ya tenía agujereado el suelo del vehículo.
Akkun, quién venía manejando, era el único que no parecía estar al borde de un colapso nervioso. Se bajó de la furgoneta con una sonrisa y sacudiéndose las manos.
- Pues, terminó mejor de lo que pensaba. - Su sonrisa orgullosa no se podía tomar enserio con las arcadas de Yamagishi en la jardinera, las plegarias que susurraba Takuya en el suelo y los lloriqueos de Yume y Takemichi de fondo.
Mikey no era mucho de gritar, no lo necesitaba. Con su fuerza y reputación solo bastaba con su presencia y tono tranquilo para que los demás callaran, escucharan y obedecieran. - ¡¿PERO QUÉ CARAJOS?! - O lo era, hasta que conoció a la Mizo.
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La sexta de la Mizo
FanficYume- chan es la mejor amiga de Takemichi Hanagaki desde que llegó a Japón a los 6 años. Ella y Mi-chan, como afectuosamente suele llamarle la chica, han estado juntos desde la escuela primaria hasta el presente. Ambos han compartido secretos, risa...