Piñata

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Esa noche se llevaría a cabo el festival del templo Musashi.

- Va a llover. - Yume iba caminando por el parque, ese día no le dieron ganas de arreglarse de manera "femenina". Llevaba puesta una sudadera de Makoto que le quedaba, varias tallas, grande. Y unas bermudas caqui de Takemichi. Lo único suyo que llevaba puesto eran los calzones, los tenis y una bolsa de correa, porque ni siquiera la playera era suya, se la había robado a Takuya.

- No hay nubes, no va a llover. - Yamagishi caminaba a su lado, ambos cargaban con bolsas llenas de golosinas. A Yume ya se le habían terminado sus raciones de dulces de México y tuvo que recurrir a asaltar la maquina expendedora de un callejón cerca de la secundaria, porque ahí no había cámaras ni vigilantes, para tener suministros. - En el clima dijeron que seria una noche despejada y perfecta para ver los fuegos artificiales.

Ambos estaban solos, se habían quedado en casa de la chica para ajustar y detallar mejor sus planes y, de paso, ordenar la información que consiguieron sobre los siguiente eventos de pelea y sus participantes. Necesitaban ganar dinero para facilitar sus planes y ¿Qué mejor manera que apostando en las peleas clandestinas?

- Yo sé lo que te digo, Ya-chan. - Yume sonrió mirando como oscurecía y los colores anaranjados, violetas y azules coloreaban el cielo de una manera hermosa. A Yume le encantaban los amaneceres y los atardeceres, eran esas pequeñas cosas que volvían un día ordinario en algo extraordinario. - Huele a que va a llover. Y Mi-chan no se llevó paraguas.

Yume frunció el ceño. Su amigo y su novia se habían ido al festival, porque en esas semanas llenas de caos y descanso obligatorio, no pudieron verse con regularidad y mucho menos tener citas decentes.

La pelirosa le insistió que fuera con ellos, pero Yume prefirió declinar la invitación. Su amigo se merecía tener una noche tranquila con su novia sin que ella le robara su atención. Además, se enteró de que la salida sería una cita doble entre Hina con Mi-chan, y Emma con Draken. Con mayor razón ella no iría.

Ignoró el ligero sentimiento de ¿incomodidad? ¿irritación? no sabía muy bien que era, pero se alojó en su pecho cuando se enteró de que Emma invitó a Draken. Se regañó a sí misma, apenas conocía al de trenza, no tenía ningún derecho a sentirse mal. Mucho menos cuando una amiga, una de las únicas dos que tenía, era quién gustaba de él.

Así que, decidió no mostrar su rostro en el festival. También había rechazado la oferta de sus amigos, quienes se verían en el templo con Mi-chan para los fuegos artificiales. Los planes de Yume eran atragantarse en la sala con chucherías mientras miraba un maratón de terror. Yamagishi, como buen amigo y fan del miedo, decidió quedarse con ella hasta que los demás pasaran por él.

- ¿Cómo puedes oler que va a llover? - Se burló Yamagishi. - Eso es imposible.

- Ya te dije, va a llover, el poderosísimo Tláloc me lo dice. - Yume arrojó lejos los pensamientos que tuvieran que ver con Draken.

- Ese es de México, ¿Cómo te va a decir si va a llover o no, si estamos al otro lado del mundo?

- Obvio, lo traigo en los genes. - Sonrió - ¿Quieres apostar?- . Tal vez debía de dejar de apostar tanto, le estaba gustando demasiado y si no se controlaba, podría terminar perdiendo su casa y viviendo bajo un puente. O volviéndose rica, quien sabe.

- Jalo. - Yamagishi le siguió el juego, el siempre miraba la sección del clima en las noticias, por la mañana, y sabía que 7 de cada 10 predicciones eran acertadas. En cuestiones de probabilidad, los números estaban de su lado. Mientras que su amiga solo lo decía por puro instinto. - ¿Qué quieres perder?

La sexta de la MizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora