La ToMan y la Mizo (Parte 1)

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N/A: ADIVINEN QUIÉN SIGUE CON VIDAAA!!!!! ¿Qué dijeron? Esta ya dejó la historia a medias, pero nooooooo Muajajajajaja. Okey, no. Estoy recién con una taza de café de grano bien cargada a lo machín en mi sistema, una disculpita. 

Y otra disculpa por tardar tanto en actualizar la historia, hice muchos borradores del cap, pero no me terminaban de gustar y empezaba de nuevo. Hasta que al fin di con algo que me gustó. Espero que también les guste a ustedes. 

También, quiero dedicar estos dos capítulos a tod@s las/ los/ les lectores que siempre comentan, dan su estrellita y esperan con paciencia impaciente a que suba el siguiente cap. Les amoadoro!!! 

Y un beso y un abrazo gigante a @Laysha-chaan. Gracias por todo tu apoyo!!!

Sin más que decir, Feliz lectura!!!!


El celular no paraba de sonar. Yume miraba la pantalla como si fuera la llamada de la niña del aro o algo peor.

¿¡POR QUE CARAJOS UNO DE SUS BORREGUITOS LA LLAMABA?! ¿Cómo consiguió el número? ¿Le habrá pasado algo malo? ¿Ya sabía de ellos tan pronto?

El sentimiento de alarma la tenía con el impulso de arrojar el celular al piso y tirarse por la ventana.

- ¡Contesta! - Le gritó Akkun, observando el número en la pantalla, solo por el número, el no podía decir si era de un borreguito o no, pero la memoria de su amiga era buena. Y si ella decía que quien la estaba llamando era un borreguito, entonces estaban jodidos.

- ¡Contesta tú! - Yume le extendió el celular, aún sin contestar, al oído. Suplicante. No estaba en condiciones de tratar con eso, estaba alterada. - ¡Por favor!

- ¡Es tu celular! - Akkun se alejó y, con un movimiento rápido, aceptó la llamada para ponerle el celular en el oído a la castaña.

"Hijo de..." Fue lo que no se atrevió a decirle al pelirrojo al ya tener el celular en la oreja. Tomó una bocanada profunda de aire y mientras pensaba que estaba rodeada de traidores, contestó con el tono más calmado y neutral que encontró en esos momentos.

- ¿Hola? - Por dentro estaba gritando en pánico puro. Miró fijamente a su supuesto amigo y líder de Mizo, se apuntó a sí misma con su índice, luego lo apuntó a el con el mismo dedo y remató su amenaza apretando fuerte su puño frente a él.

Akkun se alejó un paso de ella.

- Hola, llamo de "Postres favoritos", vengo a entregar una orden de dos docenas de dorayakis. - La voz detrás del teléfono se lo confirmó, era uno de ellos. Específicamente, el chico le tocó supervisar a Takuya, uno que tenía problemas con un callejero que lo mangoneaba como muñequito de trapo todos los días.- Pero creo que me perdí, ¿podría usted salir de su casa para saber si estoy en la calle correcta?

-¿Eh? - Se sintió confundida, el subidón de adrenalina se apaciguó casi de golpe ¿El borreguito la llamo por dorayakis?

Y fue cuando a Yume le llegó a la memoria de donde eran los postres que pidió. Había conseguido el número de la repostería familiar del borreguito cuando lo investigaban. Y lo puso en el refrigerador, pegado con un imán, para no perderlo porque le dio flojera ir a dejarlo a su habitación.

Carajo. Bien decía su abuelita que para pendeja no se estudia.

Se despegó el celular de oído, se tapó el rostro con una mano y se arrodillo soltando un suspiro.

Por poco y el alma se le escapa por el trasero. Y no sabía si en esos momentos estaba aliviada o si tenía más ganas de meterse en un hoyo y desaparecer.

La sexta de la MizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora