Calce - Tin

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N/a: Canciones: 

- Lovumba/ Daddy Yankee

- Na de na/ Gocho


Si los padres de alguno de ellos se encontraran en el país, Yume estaba segura de que no se meterían en tantas tonterías que pusieran en peligro sus vidas. O al menos se preocuparían por llegar a casa a dormir.

Se la pasaron toda la noche fuera.

Primero habían ido al punto muerto de Shinjuku. No encontraron mucha información, ni a ningún miembro de Moebius. En toda la semana que se la pasaron visitando el viejo distrito comercial, nunca se toparon con un solo miembro de la pandilla. Era verdad que nunca visitaban el punto muerto. Lo único de valor que descubrieron era el lugar que frecuentaban gran parte de los miembros: El punto muerto de Roppongi.

Fueron de Shinjuku a Roppongi cuando ya estaba entrando la noche. Yume hizo cuentas, no alcanzarían el último tren ni volando. Caminaron hasta el principal punto muerto de Roppongi, las calles iluminadas, y visiblemente más amplias, fueron reemplazadas por callejones sucios y poco iluminados.

Los lugares más frecuentados del punto muerto de Roppongi eran las discotecas y el club de peleas clandestinas que se organizaba debajo de un puente con gruesas columnas circulares. Ambos decidieron ir primero al club de peleas, a dar un vistazo.

Llegaron con las capuchas de los suéteres y caminando con normalidad, Yume ya tenía experiencia en las peleas clandestinas y sabía que muchos iban cubiertos y encapuchados, ya sea por el frío de la noche o para no ser reconocidos. Takemichi iba un poco nervioso, pero siguió a su amiga sin titubeos.

Una pelea se libraba en el centro de un círculo hecho por la gente, gritaban con billetes en los puños, mientras alentaban, o abucheaban e insultaban, a los chicos al centro que se destrozaban la cara mutuamente.

Yume les echo una mirada rápida, parándose de puntitas entre el gentío. Era obvio quien ganaría, pero no estaba ahí para apostar.

- ¿Recuerdas a los miembros de Moebius que te mostré? - Susurro al oído de su amigo, no les convenía que la pandilla, o nadie ahí, supiera que dos enclenques los buscaban.

Takemichi asintió, recordaba muy bien los rostros en las fotos que su amiga le mostró durante esa semana.

- Bien, echemos un vistazo entonces.

No tenían planeado separarse. Caminaron a la par, actuando como si buscaran un lugar mejor para ver la pelea.

El plan no estaba bien definido, el objetivo si, pero la ejecución consistía en improvisar sobre la marcha y correr si las cosas se ponían feas. Yume ya ni se preocupaba por eso, Takemichi tampoco.

- Ahí, Yume. - Le palmeó el brazo y señaló con los ojos a un tipo a unas cuantas personas de distancia de ellos. Era un tipo alto, pelinegro y cabelló corto. Era claramente unos años más grande que ellos dos. Gritaba junto al público.

Yume, al igual que el teñido, lo reconoció inmediatamente. Era una persona cercana a Osanai.

¡Perfecto!

Miró a su teñido amigo y le hizo un par de ceñas, hizo un circulo con el dedo índice para luego señalar sus ojos y luego a su objetivo: Veamos si viene solo. Fue lo que le comunicó la chica.

Takemichi sonrió, le dio dos palmadas en la espalda: De acuerdo. Le respondió y con eso se separó de ella. Caminó, analizando a las personas alrededor de su objetivo. Ningún otro miembro de Moebius se encontraba cerca del tipo. Se colocó al otro lado del pelinegro, conectó miradas con Yume y asintió, parpadeando dos veces: Todo en orden.

La sexta de la MizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora