Yume caminaba con la espalda recta y la barbilla en alto. Al igual que los demás, claro que, ella destacaba por su blusa sin hombros y mangas largas, pegada al cuerpo, y el pantalón que usaba a la cadera, igual negro, que le realzaba las curvas.Decidieron no esconder que era una mujer. Después de todo, algunos "borreguitos" eran chicas, mostrar que Yume era una ella, incrementaría su confianza en la Mizo.
Caminó a la izquierda de Akkun, dos pasos detrás de él. Y a la par con Takemichi, quién iba a la derecha de su líder. Akkun lideraba su caminata, con paso firme, reflejando que era el líder, que era la persona a cargo, y ellos dos, sus manos.
Los borreguitos les abrieron paso, mirándolos atentamente al pasar.
El ambiente era serio, se sentía un poco pesado, intrigante. Yume era consciente de que todos los chicos ahí reunidos esperaban respuestas a las preguntas de quienes eran, por qué los ayudaron y qué querían de ellos.
Llegaron a la tarima que improvisaron con cajas de madera. Yume y Makoto les estuvieron haciendo pruebas, saltando y bailando sobre ellas, y revisando que la madera no estuviera podrida para que no se partieran la cara a mitad del show. No querían ser el hazmerreir, esta vez no.
Yume escuchó el crujir de la madera ante el peso de todos. Si eso se rompía y ellos caían, sus planes iban a valer tres kilos de verdolaga.
Cuando todos se instalaron, ante su público de mascaras de rostro completo, blancas y lisas, Akkun tomó la palabra.
- Bienvenidos, borreguitos. - Y levantó los brazos a ellos, para darles la bienvenida, sonriendo. Su voz sonó firme, cálida, el tono de un comandante amable y comprensivo que no dudaría en darte un fuerte jalón de orejas.
Las mascaras de Kitsune que estaba usando la Mizo solo les cubría la mitad del rostro, dándoles la oportunidad de sonreír y hablar fuerte sin tener que levantar tanto la voz o escucharse distorsionados. Afortunadamente, ninguno de ellos tenía algún rasgo característico cerca de los labios o las mejillas, como un lunar o alguna cicatriz, que pudiera hacer que los reconocieran o identificaran.
Ante la mención de la palabra "borreguitos", su público se acercó más a la tarima, cerrando el caminito que formaron para ellos.
Yume podía verlos removerse nerviosos, emocionados. Estaba claro que todos ellos reconocían aquella palabra, no por nada ellos siempre los llamaron así en sus cartas.
- Para ustedes, por el momento somos Nova*. - Akkun los presentó, señalándolos. - Pero ustedes nos conocen mejor, como los tipos de las cartas y los sobres amarillos. - Akkun, bajo la máscara de Kitsune rojo, les sonrió con amplitud. - Es un gusto conocerlos.
Y Akkun, junto a la Mizo a sus espaldas, hicieron una leve reverencia. Como un saludo formal.
Algunos de los borreguitos entre el público les correspondieron la reverencia, otros permanecieron firmes en sus lugares, los restantes titubeaban entre si hacerles una o no.
Ella observaba todo con atención para reconocer a los que les correspondían y los que no.
- ¿Quiénes son? - Saltó a preguntar un chico entre su pequeña multitud.
Yume se percató que era uno de los chicos que no correspondieron a su saludo. Ya se esperaban algo de resistencia, desconfianza y negación, y claro que estaban preparados para ello.
- Somos Nova, por ahora. - Repitió Akkun, tranquilo, sin inmutarse. Con la Mizo a sus espaladas, no tenía nada de que preocuparse.
- Nunca escuché de una pandilla llamada Nova. - Les encaró otro chico, con la voz distorsionada por la máscara blanca.
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La sexta de la Mizo
Hayran KurguYume- chan es la mejor amiga de Takemichi Hanagaki desde que llegó a Japón a los 6 años. Ella y Mi-chan, como afectuosamente suele llamarle la chica, han estado juntos desde la escuela primaria hasta el presente. Ambos han compartido secretos, risa...