La sexta de la Mizo

¡Le diré...!

- No sabia que se podía usar la canela de ese modo. - Mencionó Mikey después de escuchar la explicación a detalle que Yume les dio sobre como torturó al amigo de Kyomasa.

Los altos mandos de la ToMan escuchaban atentamente la explicación. Algunos estaban intrigados, unos impresionados y otros, como Hakkai y Angry, estaban aterrados. Si de por sí a Hakkai ya le aterraba la chica, ahora estaba 100% seguro de que no debía acercarse a ella, mucho menos hacerse su enemigo. Agradecía a su comandante el que la pusiera en la quinta división y no en la segunda.

Y es que ¿Quién diría que se podía torturar a alguien con productos que parecían inofensivos?

Por supuesto que los más pequeño e inocentes entre ellos no tenían ni idea.

- Ahh. - Suspiró Yume, recordando todo. A partir de ese día, atesoraría los gritos, suplicas y expresiones del imbécil de Akaishi en su corazón. - Creo que lo pude haber hecho mejor. - Se lamentó con un tono lastimero. - No lo pensé, pero pude tener mejores resultados si usaba alfileres, chile habanero y un par de pinzas. - Reflexionó como si hubiera perdido la oportunidad de su vida.

A Mucho y a la ToMan, con excepción de Sanzu, les recorrió un escalofrío. Si ya lo había hecho suplicar con canela, leche, un kit para decolorar el cabello y papel aluminio ¿Qué atrocidades podría lograr con cosas mucho más amenazantes? No sabían si querían averiguarlo.

- Nah. - La Mizo, al contrario de la ToMan, sonreían y reían de vez en cuando al escuchar el relato de la castaña. Principalmente por las expresiones que hacía y la emoción con la que lo contaba. - Lo hiciste muy bien. - Yamagishi le dio un par de palmaditas en la cabeza, felicitándola.

La verdad era que la Mizo, especialmente Yamagishi y Makoto, deseaban haber podido estar con ella. Hacer pagar a ese bastardo.

- Y yo creyendo que no estábamos listos para la tortura. - Rio Takuya recordando que descartaron el plan A, el primer plan de Yume y Yamagishi para deshacerse de Kyomasa, justamente porque sonaba demasiado cruel.

- Si bueno, eso fue antes de que Kyomasa le cortara el cabello y le colocara un collar de cuero. - Gruñó Akkun, siendo confirmado por Takemichi, Makoto y Yamagishi.

- ¿Cómo que le cortó el cabello? - Smiley intervino, intrigado por los nuevos datos. Ambos hermanos, al igual que Mucho y Sanzu, no estaban muy bien enterados de todo el chisme.

Solo sabían que Mikey y Draken conocieron a aquel par, cuando fueron a investigar sobre un miembro que estaba desobedeciendo las ordenes y organizando un club de pelea con apuestas sin permiso de Pah, o de Mikey.

- ¿No te sabes nuestra triste historia? - El humor de Yume estaba claramente mejor. Se sentía como si le sacaron un peso de encima, aunque se hubiera sentido mucho más satisfecha de haber podido torturar a Kyomasa en lugar de Akaishi. Pero algo es algo.

Al fin sentía como si hubiera tenido un poco de revancha.

- Oh, cierto. - Recordó Mikey. - Smiley, Angry, Mucho y Sanzu no vinieron con nosotros a casa de Yucchi ni al restaurante. - Mencionó la vez en que se auto invitaron a casa de la castaña, tiraron la comida y terminaron comiendo en un restaurante de comida rápida mientras ellos explicaban el porqué sabían tanto sobre la ToMan y lo que pasaron por culpa de Kyomasa.

Yume pensaba que Mucho estaba enterado de su situación, pero se dio cuenta de que no sabía nada por la cara que puso cuando ella llamó al imbécil de Akaishi por su nombre, y el la insultó y amenazó como si la conociera. Como si tuvieran asuntos pendientes.

Y claro que tenían asuntos pendientes.

- ¿Por qué no los pones al corriente en tu casa? - Mikey rodeó los hombros de la chica, feliz de ver que no se equivocó por poner a Yucchi con Mucho. Ahora estaba seguro de que ella podría hacerse su lugar en la quinta división, sin problemas.