Yume quería lloriquear, en verdad que estaba apunto de ponerse a llorar como bebé recién nacida. Se suponía que los únicos pandilleros que tendría que enfrentar eran Draken, Mikey, Pahchin y Peyan.
¡No a la maldita Moebius!
Se suponía que después de eso se iría a la cama, no sin antes de atragantarse con una hamburguesa con papas y una malteada de chocolate, junto a Mi-chan.
Se suponía que después de eso se olvidaría de los celulares robados, y sus dueños, y del horrible video hasta la otra semana, cómo mínimo.
Pero, ¡NO! ¡Al universo le gustaba arruinarle los planes!
- "Moebius esto, Moebius lo otro". - Se acercó a ellos con una asquerosa sonrisa y un cigarro en la boca. - Dejen de repetir nuestro nombre, mocosos de secundaria.
- Tu eres...¡Osanai! - Le gritó Pah, tenso y listo para pelear. El ambiente se tornó pesado, Yume lo supo con solo mirar a Osanai, y las sombras que se aglomeraban tras la entrada del almacén, que eso se iba a ir al garete en un dos por tres.
- Cierra el pico, esmegma. - Yume reprimió una risa ¿Acaso ese descerebrado sabía lo que era el esmegma? - Parece que saben mucho sobre nosotros. - Barrió la mirada y se detuvo para observarla con una sonrisa desagradable. Takemichi la cubrió mejor, apegándola a sus espaldas, esa mirada no era nada buena.
- ¡Infeliz! - Pah dio un paso al frente. En esos momentos su mente era todo un desastre, quería lanzarse contra Osanai para molerlo a golpes y desfigurarle la cara como hicieron con su amigo .
- Oye, soy mayor que tú. Llámame Don infeliz. - Se burló. Y eso fue suficiente para que Pah, enojado como un toro, corriera hacía el imbécil de Osanai para impactarle un puñetazo en la cara.
- ¡Rómpele la cara, Pah! - Le animó ella, pero quedó como estúpida, porque Osanai lo esquivo como si nada y le metió tremendo puñetazo a toda la cara que lo envió directo al piso.
- ¿Ves? Solo eres un mocoso de secundaria. - Osanai volteó de nuevo a ella, su mirada le provocaron escalofríos. - Y tú - Se lamió los labios. - Eres la chica que estaba bailando en el antro con el Haitani. - Ay, mierda ¿Osanai estaba anoche en el club? - La zorra que robó los celulares de mis chicos. Dime, zorrita, ¿te mueves tan bien en la cama cómo en la pista de baile?
¿Por eso los descubrieron? ¿Osanai estaba mirándolos cuando robaron los celulares? Bueno, por sus palabras, parecía que solo la identificó a ella, no hizo caso a Takemichi ¿Qué debía hacer? Observó el asqueroso rostro de Osanai y las imágenes del video y de Tamiko en la camilla del hospital le inundaron la mente. Se separó de Takemichi para mostrarle el dedo con una media sonrisa.
- Señorita zorra para ti, cara de escroto. Hay niveles, respétalos. - No iba a mostrarse débil o cobarde, aunque esa fuera la realidad. Además, estaba rodeada de chicos fuertes, no podía desperdiciar la oportunidad de insultar a Osanai en su asquerosa cara. - Y si, me muevo genial en la cama. Mala suerte para ti, porque lo que tienes de estúpido, lo tienes de feo. Y yo solo comparto cama con chicos lindos.- La sonrisa de Osanai tambaleó un poco y Yume alcanzó a verle un tic en el ojo. - Aunque, si lo tienes de un tamaño decente, podría hacer una excepción. - Yume se aguantó la risa, mientras observaba como Osanai intentaba forzar su rostro para que su sonrisa y gesto burlón no tambaleara. - A ver, bájate los pantalones. Tranquilo, malvavisco. Seré buena y no te juzgaré tan duro.
- ¿Te crees tan graciosa? Maldita puta. - El gesto de Osanai se veía deformado por la ira y la vergüenza ¿Cómo se atrevía aquella puta a insultarlo a él?
- ¿Malvavisco? - Preguntó ligeramente divertido, Mikey. Permanecía sentado, observando a Yume insultar a Osanai. Tenía un ojo pendiente en la chica y el otro en Pah, quién permanecía inconsciente en el piso junto al enemigo. Daba las gracias a Yume por distraer la atención del líder de Moebius de su amigo.
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La sexta de la Mizo
Hayran KurguYume- chan es la mejor amiga de Takemichi Hanagaki desde que llegó a Japón a los 6 años. Ella y Mi-chan, como afectuosamente suele llamarle la chica, han estado juntos desde la escuela primaria hasta el presente. Ambos han compartido secretos, risa...