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—No puedo creer la irresponsabilidad —gruñó con los dientes apretados la reina, a escasos centímetros de él.

—Hola, Historia —respondió Armin con timidez.

—No me vengas con eso, yo… —De repente se fijó en las miradas de Jean y Mikasa, no muy alejados y guardó la compostura—. Vamos a mi oficina.

***

La oficina de la reina era el cuarto más grande de toda la posada. La chimenea era enorme y a Armin se le antojó haber pecado de imprudente tiempo antes.

—No puedo creerlo, no de ti. ¿Cómo se te ocurrió irte así y sin avisar?

—No pensé que tuviera mucho tiempo.

Historia suspiró, molesta, y se paró para tomar la tetera con agua caliente que tenía en el fuego. Vertió agua en una taza con hierbas y ofreció una a Armin, quien la tomó de buena gana.

—Si hubieras podido traerla de regreso no estaría tan molesta, lo sé. Pero me preocupa. Queremos instigar un movimiento social y andas por ahí jugando. Hiromu Kamiya acaba de morir ayer y yo tengo que lidiar con sus parientes, los médicos están discutiendo sobre si ya es tiempo de dejar que Connie despierte o si el dolor va a ser demasiado, acabo de dar permiso para que su madre regrese y no sé qué vamos a hacer. —Recargó la cabeza en la mano—. No he visto a mi hija en días, y sé que estará haciendo el berrinche de su vida porque hace tiempo que no pasamos tanto tiempo separadas. La gente se está poniendo violenta allá afuera. Pelean los que creen que Connie merecía el disparo contra los que no. Y parte de los que no lo creen piensan que la bala debió ir para ti. Y ahora perdimos a una de los embajadores. Esta mañana llegué al desayuno y pensé que habían sido dos. 

Armin se hundió en el asiendo con la bebida entre las manos. 

—Por lo de Connie, creo que lo mejor sería despertarlo lo antes posible para que esté acostumbrado al dolor para cuando llegue la señora Springer, si es que lo recomiendan los médicos —pensó en voz alta, viendo que su razonamiento hiciera sentido fuera de su mente—. Así ella no va a verlo en su peor momento, sino más compuesto.

—Sí, es una buena idea. Voy a consultar si puede hacerse.

—Y por lo demás, vamos a resolverlo. Tenemos que. Podemos hablar nosotros también con los Kamiya, Pieck es buena amiga de una de las hermanas de Hiromu. 

—Sí, tenemos que —concedió la reina—. Y tenemos que ponernos a trabajar porque dudo que las cosas se pongan más fáciles cuando mi reino sea realmente mío.

—Rara vez he visto algo ponerse más fácil. 

***

—Mi corazón y mi espada pertenecen a mi familia, el pueblo de Paradis. No toleraré amenazas ni agresiones hacia las personas que amo. —Sentenció la voz de Mikasa ante el público—. El día de ayer, mi prometido y miembro del clan hizuruano Kamiya, Hiromu, murió. Me fue arrebatado por un asesino en un atentado contra la vida de los míos. Mi amiga Pieck Finger fue lastimada y mi amigo Connie Springer se debate entre la vida y la muerte. —El nudo en la garganta se le hizo más real de lo que había calculado previamente. Afortunadamente no eran los ríos de lágrimas que derramaba cuando hablaba en estos espacios sobre Eren—. Quiero que sepan todos, que quienes estén en contra de mis amigos, mi familia y mi pueblo, están contra mí también. Y he salido invicta de todas mis batallas.

 Era increíble ver cómo sus palabras mantenían estática a la muchedumbre que la escuchaba. Su discurso emanaba pasión, como lo hacía normalmente el de Armin y Jean, en vez de estar permeado por el dolor y el luto. Sabía que no era buena oradora, pero Historia y Pieck le ayudaron a tener claro lo que quería decir. 

La paz en Eldia (Fanfic de Attack On Titan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora