Pusieron de pie a Connie antes de que llegara su madre. Dolió más que cuando Sybille decidió estirar y doblar sus piernas con ayuda de una enfermera como parte de su rehabilitación, pero menos que el ejercicio del primer día y que la humillación de ver a la mujer más linda del mundo llevando a lavar sus sábanas sucias por tercera vez desde que despertó.
Por lo menos Connie había tenido dos progresos: se sostuvo en pie más de medio minuto antes de gritarle a Jean y Reiner que lo sentaran de nuevo, y orinó en una bacinica inmediatamente después. El siguiente reto consistía en completar un minuto entero y en recuperar la confianza de Sybille en sus esfínteres para que no tuviera que verlo evacuar en el futuro.
La enfermera que le trajo sábanas limpias, después de que Sybille se llevara las manchadas esa mañana, le había sugerido ponerse metas pequeñas para no perder la esperanza en el progreso. Pero a pesar de lo sencillo que se escuchaban sus nuevos dos retos, a Connie le parecía que iba a conseguir antes el descanso eterno que un minuto de pie o la privacidad de cagar solo y sin que alguien más tuviera que llevarse su inmundicia.
La señora Springer llegó antes de medio día. No hubo palabras entre ellos, solo la aparición de la figura de la mujer rodeada de la luz exterior, las lágrimas que le llenaron los ojos cuando la reconoció, y el abrazo de una madre colmándolo dos segundos después. La madre de Connie lo llenó de besos, lágrimas y mocos.
Cuando se enteró de que su madre vendría, Connie no supo si iba a ser capaz de perdonar la ausencia de noticias de su parte por los últimos meses, pero el reencuentro hizo a ambos olvidar las últimas ofensas. El hombre se dio cuenta de que con los años había aprendido a no permitirse extrañarla, pero nunca la dejó de necesitar.
Sybille no se dejó ver el día siguiente. Le hizo falta a Connie, pero a la vez era un alivio darle un descanso a la vergüenza que sentía cada vez que la joven estaba cerca.Fue hasta el mediodía cuando la mujer volvió, acompañada de Reiner en la pausa para comer de la señora Springer.
Sibylle le pasó una taza de té con una media sonrisa. Se veía cansada, pero sincera. Al menos en parte. Pensándolo bien, se veía más bien condescenciente, apenada. Quizá tanto como él, o más. A Connie se le revolvió la panza al recibir la bebida y bajó la mirada.
—Quién iba a decir que esa porquería te iba a servir de algo un día —se mofó Reiner. Bueno, por lo menos la burla parecía de verdad—. ¿Te acuerdas de cuando nos la fumamos aquella vez y Jean empezó a llorar porque estaba convencido de que tenía pelo en los ojos?
—Recuerdo la anécdota, pero no sé si el golpe me hizo fallar la memoria. Al que recuerdo haciendo eso eres tú —respondió Connie intentando ocultar el desgano. Le dio un trago a su infusión.
—Bueno, sí, pero esperaba que no te acordaras tan bien. —Idiota. Se sintió de mal humor al considerar la probabilidad de volverse loco y no recordar ni su propia vida. Tal vez ese punto no estaba lejos, causado más por la recuperación que por el trauma—. Es más gracioso si puedo hacer que te burles de alguien más. ¿Cómo te sientes?
—Pues nunca pensé que iba a depender de una droga que fumamos a escondidas en un viaje diplomático para no querer renunciar a la vida, pero henos aquí.
—Vamos Connie, es temporal. Te apuesto a que en unos meses no vas a necesitarlo más —intervino Sybille con dulzura. Estaba ya instalada en la silla en la que se sentaba normalmente a dibujar y verlo dormir.
—Espero que para entonces consigas un mejor trabajo que atender ancianos y moribundos, algo que te llene —espetó Connie sin siquiera dejar pasar un segundo después de que ella terminara de hablar.
—¡Connie! —lo regañó Reiner, pero Sybille solamente se levantó y se marchó, veloz como una sombra. Ni siquiera pudo verle la expresión herida, así que tuvo que imaginarla—. ¿Tanto te duele como para ser un imbécil con ella? De todas las personas que estamos aquí, creo que es la que menos lo merece.
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La paz en Eldia (Fanfic de Attack On Titan)
FanfictionLos embajadores por la paz de las naciones aliadas llegan a la isla de Paradis para ejecutar el plan diseñado por la reina Historia y los embajadores Arlert y Azumabito con el fin de evitar los conflictos entre los eldianos y el resto del mundo. Por...