El viento soplaba su cabello de un lado al otro. Cuando terminó con la comida decidió soltarlo y salir a esperar a sus amigos afuera. Por un lado, Mikasa trataba de no pensar en el conflicto que el reencuentro provocaría en sus emociones, pero, por otro lado, dentro de sí estaba emocionada por ver a Armin, Jean y Connie, que se habían convertido en su familia por varios años.
Su tercera familia. ¿Cuántas más tendría que tener?
El sonido de los carros de motor apareció y se acercó. Su mirada los encontró cuando rodearon la colina y se acercaron a su finca. La idea de correr para acercarse a ellos más rápido se le cruzó por la mente, pero la ignoró. El mundo había cambiado, ahora había tiempo.
El primero en bajar fue Armin y Mikasa se abalanzó sobre él. Pretendía que fuera un abrazo corto para saludar después a los demás, pero la emoción le ganó y en vez de eso lo estrechó más fuerte, con lágrimas en los ojos y sin poder dejarlo ir.
—¡Mikasa! —Gritó Connie al tiempo que sentía cómo él y Jean se unían al abrazo.
—Connie, te dije que dejaras de aventarme —se quejó Jean, a la izquierda.
Reiner se acercó y con timidez posó una mano en el hombro de Mikasa justo antes de que el fuerte sonido de una cámara fotográfica retumbara. La breve unión de ese momento se rompió y la mujer levantó la cabeza para ver a una de las escoltas de Kiyomi Azumabito con la cámara en la mano.
—No la publicaremos enseguida, pero podría ser útil —dijo ella con una sonrisa.
Mikasa dio un respingo y al voltear se encontró con Historia, que le tomó brevemente un brazo con una sonrisa que le fue devuelta. Hacía algunos meses que no veía a la reina. Estaban rodeados de escoltas también. Por último, su mirada se encontró con la de Annie y Pieck. La primera se vio incómoda mientras que la segunda se acercó a saltitos y la abrazó también y, de la forma que Connie hizo con Jean, arrastró a Annie al abrazo, lo que resultó en la antigua titana hembra posando su mano en la espalda de Mikasa.
—Faltan al menos tres horas para la cita de la cena, ¿le basta a Su Magestad su propia escolta? —Inquirió Azumabito, ansiosa por ocuparse de sus propios asuntos lo antes posible.
—Será suficiente, Lady Kiyomi, gracias —respondió Historia con voz formal.
Cuando la mujer mayor partió, Mikasa ofreció agua a sus invitados. Habiendo saciado su sed dejaron sus maletas en el piso de piedra de su casa y caminaron en grupo hacia la colina en donde Eren descansaba.
Mientras Historia le indicaba a su escolta que se quedara abajo, Armin se echó a correr, desestabilizando por un momento a Annie, quien lo siguió con la velocidad algo reducida, seguramente por culpa de la falda que llevaba. Mikasa corrió también, uniéndose al juego y lo sintió de nuevo: esa sensación de paz la inundó como no lo hacía desde hacía mucho tiempo, se sintió verdaderamente feliz mientras dejaba atrás a Armin y acortaba la ventaja de Annie, cuando volteó hacia atrás y vio a Jean con Reiner y Connie pisándole los talones. Armin, Pieck e Historia habían quedado en último lugar.
Antes de que lo hubieran deseado Annie llegó a la cima, seguida de cerca por Mikasa. Todos se dejaron caer a recuperar el aliento, Mikasa poniendo una mano en la pequeña lápida y respirando entrecortadamente. Este no era el tipo de actividad que hacía en su granja y por la reacción de sus amigos pudo ver que llevaban demasiado tiempo sentados detrás de escritorios firmando cartas.
Con respetuoso silencio se acomodaron alrededor de Eren y Mikasa, ese silencio se estendió tal vez demasiado, hasta que Connie dijo al fin:
—¿Cómo has estado, cabeza dura?
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La paz en Eldia (Fanfic de Attack On Titan)
FanfictionLos embajadores por la paz de las naciones aliadas llegan a la isla de Paradis para ejecutar el plan diseñado por la reina Historia y los embajadores Arlert y Azumabito con el fin de evitar los conflictos entre los eldianos y el resto del mundo. Por...