Narra Amelia.
Mi corazón latía a mil por horas, me encontraba inmóvil sin saber que hacer, estaba entrando en pánico.
Joseph: Pecas - me tomó desde los hombros - tienes que cambiarte ¿okey? - asentí efusivamente con la cabeza - Amelia, ¡ahora! - ordenó.
Corrí hacia mi cuarto, me quité rápidamente lo que traía puesto, escondiéndolo en el armario, entré al baño para lavar mi cara y mi torso para intentar quitar el olor de Joe, que según yo tenía impregnado en mi cuerpo, hubiera sido más sencillo simplemente meterme a la ducha, pero por los nervios no estaba pensando, me puse un pantalón de buzo y una sudadera grande, escuché el timbre y a Joe abrir la puerta.
¡Mierda, mierda, mierda!
Joseph: ¡Pero que sorpresa! - lo escuché desde mi habitación.
Me asomé lentamente hacia el living y ahí estaban abrazando a Joe.
Arthur: Hijo ¿Qué tal estás? - lo saludaba dándole palmadas en la espalda
Marie: ¡Cariño! - sonrió al verme y corrí para abrazarla.
Amelia: ¿Qué hacen aquí? - hablé entre sollozos.
Realmente no sabía si estaba llorando de alegría o por los nervios, definitivamente era una mezcla de ambos.
Arthur: Pequeña - nos abrazamos también por un momento largo.
Joseph: Debieron decirme que venían, podría haber ido por ustedes al aeropuerto - levantó sus hombros sin sacar las manos de los bolsillos de su pantalón.
Marie: Si te lo hubiéramos dicho no sería una sorpresa querido - acarició con ternura el rostro de Joe.
Joe y papá dejaron las maletas en el cuarto que había disponible, mientras yo preparaba café para todos y mamá le echaba un vistazo a todo el lugar.
Marie: Es enorme este lugar y la decoración navideña quedó hermosa - hablaba mientras tomábamos el café.
Arthur: Definitivamente el crédito debe ser de mi pequeña, todos sabemos que Joe tiene un nulo sentido de la decoración y la elegancia - rio burlón.
Amelia: ¡Papá! - lo regañé.
Marie: Es algo que comparten todos los hombres Quinn, su herencia es no tener sentido de la moda - se burló y todos reímos.
Al parecer no se habían percatado de nada, pero los nervios me comían por dentro, casi no podía hablar y agradecía a la vida de que Joe fuera tan buen actor, ya que se mostraba tan neutral y natural como siempre.
Para mi padre Joe era como el hijo que nunca tuvo, siempre se han llevado bien y suelen hacerse bromas muy pesadas.
Marie: Joe cariño, hablando con el abuelo, supimos hace poco lo que pasó con Fiorella, lamentamos lo ocurrido - posó su mano encima de la suya.
Joseph: Gracias Marie, bueno Fio y yo llevábamos mucho tiempo separados, pero si fue un golpe duro.
Mi corazón se apretó al ver como el semblante de Joe cambio abruptamente a uno melancólico.
Amelia: ¿Me trajeron algún regalo? - intenté cambiar de tema.
Arthur: Claro que si princesa, pero es para Navidad - hice pucheros.
El resto del día lo pasamos afuera, mamá quería recorrer las calles de Oxford, que desde hace cuatro años no lo hacía, Joe se quedó en casa, así que sólo éramos mis padres y yo, mamá aprovechó de comprarse ropa, amaba el estilo londinense, yo usaba una mezcla entre europea y americana, papá se nos perdía en las tiendas dedicadas al fútbol, siempre ha sido un fanático, todos los Quinn lo son.
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Primos Quinn +18 Joseph Quinn.
RomanceJoseph: Sólo, no quiero que estés en la boca de nadie. Amelia: Podría estar en tu boca si no fueras tan cobarde. Estábamos a centímetros de distancia, podía sentir su respiración tan agitada como la mía, me acerqué un poco más, me abracé a su cuello...