Narra Joseph.
Estábamos por fin en Londres, en nuestro departamento, disfrutando de nuestro espacio, hoy iría a casa de mis padres, para darles la noticia sobre nuestro matrimonio.
Lizzy ya lo sabía, ahora estaba en Indonesia, así que se lo conté por videollamada, para mi sorpresa a penas supo de mi relación con Amelia, me dio todo su apoyo, supongo que al ser más joven y al convivir con tantas culturas diferentes, su mente era mucho más abierta que la del resto, apenas le dije que Amelia me había dado el sí, gritó de emoción, casi saturando el parlante de mi celular.
Amelia había decidido acompañarme a casa de mis padres, estábamos un poco nerviosos, aunque mis padres siempre han sido mucho más condescendientes que Arthur y Marie.
Las cuatro horas de viaje no se sintieron tan largas, nos la pasamos cantando durante todo el camino. Nos estacionamos afuera unos minutos antes de decidir bajar.
Amelia: ¿Nervioso?
Joseph: Un poco - besé su frente - vamos.
Me aferré a la mano de Amelia, caminando hacia la puerta, toqué el timbre y mi madre no tardó en abrir.
Mamá: Mis niños - Sonrió genuinamente y nos abrazó a ambos. - ¿Cómo están? ¿Qué tal el viaje?
Joseph: Todo súper, mamá.
Mamá: Pasen, pasen por favor.
Dejamos nuestros abrigos en el perchero, la casa estaba cálida como siempre, mi padre había salido, lo esperaríamos para almorzar, así que nos quedamos conversando con mi madre, le conté todo acerca de mi trabajo en los Ángeles, mientras tomábamos un poco de té, Amelia habló sobre sus padres, mi madre quedó atónita por la historia del imbécil de Chris, básicamente nos pusimos al día con casi todo, a excepción de nuestro compromiso, ya que aún faltaba mi padre.
Me sentía mucho más relajado ahora, mi madre no parecía estar incómoda con lo nuestro y nos trataba de lo más normal, casi como si nada hubiese ocurrido, nos hablaba con el mismo amor de siempre y eso me hacía feliz, aunque no sabía que tanta aceptación iba a tener sobre nuestro compromiso.
Mi padre llegó, pero no venía sólo, Mary, Ted y los niños lo acompañaban, no hablaba con mi hermana desde hace casi un año, lo que hizo que el momento fuera totalmente tenso.
Loui: Tío Joe - corrió hacia mi lugar, rompiendo el incómodo silencio.
Joseph: Hola pequeño - lo alcé apretujándolo entre mis brazos.
Papá: Amelia - la abrazó, luego Ted y por último Mary, quien traía a la pequeña Amy en sus brazos.
Amelia: Es hermosa ¿Puedo tomarla? - Mary asintió y le pasó a la bebé.
Bajé al pequeño Loui y me quedé estático, el corazón me latía a mil por horas, no sabía qué hacer, Mary tenía la misma cara de pánico que yo, mi padre me abrazó.
Papá: Hijo que alegría tenerte de vuelta.
Teddy: Hermano ¿Qué tal? - Nos dimos la mano y luego un abrazo.
Saludaron a mi madre y el momento llegó.
Mary: Hola Joe - saludó desde lejos, con la voz entre cortada y los ojos llenos de lágrimas.
Joseph: Hola Mary - respondí al saludo con total seriedad.
Amelia me acercó a la bebé, sé que estaba intentando hacer que las cosas no fueran más incómodas de lo que ya eran, puesto que no esperábamos para nada ver a Mary, estaba seguro de que mis padres habían organizado todo y eso me molestó de sobremanera.
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Primos Quinn +18 Joseph Quinn.
RomantizmJoseph: Sólo, no quiero que estés en la boca de nadie. Amelia: Podría estar en tu boca si no fueras tan cobarde. Estábamos a centímetros de distancia, podía sentir su respiración tan agitada como la mía, me acerqué un poco más, me abracé a su cuello...