Narra Amelia.
La cuenta regresiva había comenzado, estábamos a dos semanas de la boda, mis amigas llegaban hoy a Londres, arrendaron un departamento en nuestro edificio, por fin conocerían a Joe y estaban vueltas locas.
Paul me llevó al aeropuerto para pasar por ellas, pusieron una cara de decepción cuando no se encontraron con Joe.
Amelia: Nos espera en casa - avisé.
Las chicas molestaron a Paul durante todo el camino a casa y para mí sorpresa, lograron hacerlo hablar e incluso reír a carcajadas, nos contó que llevaba casado veinte años con su mujer, que tiene dos hijos, el mayor que tiene veinticinco años, es publicista y la menor tiene quince años, es su princesa, él trabajó por quince años como guardaespaldas, lo que me hacía mucho sentido, por eso siempre es tan callado, tan discreto.
Lanna: ¿Y tu hijo es tan guapo como tú? - preguntó, él se sonrojó, haciéndonos reír a todas.
Paul: Mmm - aclaro su voz - creo que tengo una foto en el celular, pero sería bastante inseguro usarlo ahora.
Lanna: ¿Este es tu celular? - se acercó desde el asiento trasero, estirando su mano para tomar el teléfono que estaba puesto en el soporte.
Amelia: ¡Lanna basta! - le di un manotazo antes de que pudiera tomarlo.
Lanna es demasiado hiperactiva e impulsiva, a veces no se da cuenta que está incomodado a las personas ni de lo invasiva que puede llegar a ser y hay que recordárselo.
Lanna: Lo siento Paul - volvió a su lugar avergonzada.
Al fin llegamos al edificio, todas se despidieron de Paul con un beso en la cara, solo para que el pobre hombre terminara completamente avergonzado.
Amelia: Lo siento - le susurré y él sólo sonrió - gracias - me despedí.
Kate: Me duele el estómago. - habló de camino al ascensor.
Sophie: Estoy a punto de desmayarme. - comentaba nerviosa, mientras nos subíamos.
Las puertas se abrieron en nuestro piso, las hice pasar al departamento que arrendaron primero, para que dejarán sus maletas, lo que las hizo sufrir un poquito más.
Lanna: Eres malvada - me susurró.
Después de varios minutos en los que recorrieron todo el lugar y se pelearon por las habitaciones que usaría cada una, nos fuimos a mi departamento, nos encontramos con Wesley en la puerta, a punto de tocar el timbre.
Amelia: Wes - lo saludé
Wesley: Amelia - me abrazó.
Amelia: Ellas son mis amigas, Kate, Sophie - saludó a cada una con un abrazo corto - y a Lanna ya la conoces por supuesto. - sonreí con picardía.
Se saludaron con un abrazo, sonrojados por completo, las chicas y yo nos reímos tontamente ante la situación, que para ellos fue incómoda, estaba casi segura de que estos dos habían salido en más de una ocasión, ya que Wes había viajado un par de veces a Estados Unidos en los últimos meses, pero intentaban mantenerlo en secreto y eso me causaba ternura, porque ya todas sabíamos sobre su encuentro en Los Ángeles.
Amelia: ¿Qué haces por acá tan temprano? - pregunté mientras buscaba mis llaves.
Wesley: ¿A caso no puedo venir a desayunar con mis amigos? - alzó sus cejas - la verdad es que tenemos unos asuntos que resolver con Joe - sonrió.
Amelia: Claro que puedes venir cuando quieras bobo - al fin abrí la puerta.
Wesley: Adelante señoritas. - se hizo a un lado para dejarlas pasar primero.
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Primos Quinn +18 Joseph Quinn.
RomanceJoseph: Sólo, no quiero que estés en la boca de nadie. Amelia: Podría estar en tu boca si no fueras tan cobarde. Estábamos a centímetros de distancia, podía sentir su respiración tan agitada como la mía, me acerqué un poco más, me abracé a su cuello...