Narra Amelia.
Estábamos desayunando, habían pasado varios días desde esa noche tan alocada, en la que Joe se transformó en Christian Grey Británico, me sonrojaba de solo recordarlo, pero Joe seguía comportándose tan normal como siempre.
Joseph: ¿Te sirvo más tarta? - preguntó sacándome de mis pensamientos.
Amelia: Si por favor.
Me quedé viéndolo un momento, mientras él degustaba de su sándwich, pensando en cómo alguien que tiene esa carita tan angelical, alguien tan amable, respetuoso, tierno y cariñoso, podía ser también tan obsceno.
Joseph: ¿Pasa algo? - preguntó con inocencia al percatarse de mi mirada.
Amelia: Nada - sonreí, me miró con suspicacia, pero no dijo nada más.
El resto de la mañana nos la pasamos haciendo los quehaceres del hogar, esta vez le tocaba limpiar los baños y la cocina, así que tuve que soportar sus pataletas.
Joseph: Bastaría con marcarle a Eli y ella tendría todo reluciente en un par de horas - hablaba enojado, mientras trapeaba la baldosa del baño de su habitación.
Amelia: No seas vago, no veo para que pagarle a alguien si podemos hacerlo nosotros - respondí mientras cambiaba las sábanas.
Joseph: No veo lo malo de darle trabajo a alguien que lo necesita - rodó los ojos.
Amelia: Bueno a mí me gusta hacer las cosas por mí misma - llevé el montón de ropa a la lavadora.
Yo me dediqué a ordenar las habitaciones, lavar la ropa y ordenar un poco el living y comedor, quizás era un poco absurdo, pero me gustaba hacer las cosas junto a él, me hacía sentir que éramos una pareja normal.
Al terminar iba a cocinar el almuerzo, pero Joe no quiso que me acercara a la cocina después de que, según él, la había dejado "reluciente".
Joseph: Ni se te ocurra acercarte - me apuntó con su dedo índice- trabajé muy duro en esto, como para que vengas a ensuciar todo - hablaba indignado, con ambas manos en su cintura.
ESTÁS LEYENDO
Primos Quinn +18 Joseph Quinn.
RomanceJoseph: Sólo, no quiero que estés en la boca de nadie. Amelia: Podría estar en tu boca si no fueras tan cobarde. Estábamos a centímetros de distancia, podía sentir su respiración tan agitada como la mía, me acerqué un poco más, me abracé a su cuello...