Joseph: Sólo, no quiero que estés en la boca de nadie.
Amelia: Podría estar en tu boca si no fueras tan cobarde.
Estábamos a centímetros de distancia, podía sentir su respiración tan agitada como la mía, me acerqué un poco más, me abracé a su cuello...
⚠️ En este capítulo habrá contenido erótico/sexual explícito⚠️
Narra Joseph.
Nos estábamos arreglando para ir al hotel Mandarín Oriental Hyde Park, ya que Jamie iba a hacer una presentación musical y luego haría una pequeña fiesta en la Suite, Amelia me aseguró de que no le molestaba o incomodaba ir.
En algún momento recordé lo de Amelia y Jamie, en ese club y mis celos aparecieron.
Joseph: Espero esta vez no te besuquees con Jamie - hablé con seriedad mientras terminaba de vestirme.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Amelia: ¿Estás hablando en serio? - se cruzó de brazos, con el ceño fruncido.
Joseph: No lo sé, tu dime - me acerqué hacia su lugar - ¿sigue gustándote? - me incliné para terminar hablándole muy cerca de la cara.
Amelia: Eres un idiota - negó con la cabeza - si no quieres que vaya solo tienes que decirlo y ya - bufó enojada dando la vuelta, pero la detuve tomándola del brazo.
Joseph: No respondiste a mi pregunta.
Amelia: ¿Por qué no le preguntas a Jamie si aún quiere coger con tu prima? - su tono era desafiante.
Joseph: Sigues sin responder Amelia - la tomé firmemente del rostro - ¿aún quieres cogértelo? - hablé cerca de la comisura de sus labios.
Amelia: Eres el único con el que quiero coger día y noche Joe - respondió en un tono sensual, mirándome directo a los ojos.
Podía sentir su respiración pesada, me necesitaba, pero no iba a dárselo, no aún.
Joseph: Bien - le di un beso corto y rápido en los labios, antes de soltarle la cara - se nos hace tarde - caminé hacia la puerta, Amelia se quedó de pie, desconcertada - ¿no vienes? - sonreí con picardía y ella solo arrugó la frente, antes de seguir mis pasos.
Llegamos al gran hotel, nos despedimos de Paul y bajamos del auto.
El recepcionista nos llevó hasta la mesa reservada a nuestros nombres, era una mesa para cuatro personas, al parecer, tendríamos que compartirla con dos personas más y éramos los primeros.
Joseph: ¿Estas molesta? - pregunté ya que no había emitido palabras desde que salimos de casa.
Amelia: ¿Debería? - Alzó una ceja, acerqué mi silla un poco más a la suya.
Joseph: Vamos Pecas, no seas aguafiestas - apreté su pierna por debajo de la mesa y ella la apartó de inmediato.
Jess: Chicos, me alegra que hayan venido - apareció desde atrás.
