Primos Quinn +18 Joseph Quinn.

Capítulo 46.

⚠️Advertencia⚠️

⚠️ En este capítulo habrá contenido erótico/sexual explícito⚠️

Narra Amelia.

Desperté muy temprano por una molestia que sentía en las costillas, era Joe que estaba aferrado a mí, en posición de cuchara y su brazo pesaba, intenté despegarme de él, pero su peso y lo grande que es, no me lo permitían.

Amelia: Joe - susurré, pero no hubo respuesta alguna - Joseph me aplastas - me removí.

Joseph: Mm ¿Qué pasa? - habló en mi oreja somnoliento.

Amelia: Quita el brazo que me aplastas - me quejé, Joe giro, quedando boca arriba.

Joseph: Aún no nos casamos y ya todo te molesta - se burló.

Amelia: ¡Oye! - lo miré indignada y comenzamos a reír.

Nos dormimos un rato más, para luego pedir el desayuno a la habitación, mientras veíamos The office, la versión americana, que se había convertido en mi nueva serie favorita, las carcajadas retumbaban por la habitación.

Joseph: Michael es un incomprendido - comentaba con la boca llena.

Amelia: Ya se, me encanta, aunque sea tan cringe - nos reíamos.

Después de almuerzo, Joe se encargó de preparar el jacuzzi, nos metimos al agua que estaba en la temperatura perfecta, me acomodé entre sus piernas, apoyando mi espalda en su pecho, mientras él acariciaba con delicadeza mi abdomen, mis hombros y básicamente, todo lo que tuviera a su alcance.

Estábamos bebiendo una botella de champán, no dejaba de pensar en que nunca imaginé que iría a casarme tan joven, pero me encantaba la idea de hacerlo con él.

Joseph: ¿En qué fecha te gustaría casarte? - besó uno de mis hombros.

Amelia: En primavera o verano, cualquiera de las dos estaciones sería ideal. ¿y a ti?

Joseph: Yo estoy de acuerdo con lo que tu elijas Pecas - beso mi cabeza.

Comenzamos a hacer algunos planes, nos casaríamos el próximo año, en verano, cuando acabara el año escolar, ninguno quería algo demasiado grande, invitaríamos a los más cercanos, la unión sería civil, nada religioso, ya que no creíamos ser dignos de la bendición de Dios, después de todo nuestra relación era incestuosa.

Amelia: Tendrás que tomar clases de baile, para bailar el Valls.

Joseph: Mhum - respondió pegado a mi cuello, mientras deslizó una de sus manos hasta mi entrepierna.

Amelia: No estás prestando atención - reproché en un suspiro.

Joseph: Estoy intentándolo Pecas - mordisqueo el lóbulo de mi oreja, lo que hizo que se erizara cada vello de mi piel - pero estas aquí desnuda, tan cerca y tan húmeda - posó su mano libre entre mi cuello y mandíbula, haciendo que mi cabeza se inclinara hacia atrás - y simplemente no puedo contener las ganas que tengo de tomarte y hundirme dentro de ti, aquí y ahora - habló pegado a la comisura de mis labios, antes de besarme con deseo.

Podía sentir su erección creciente golpeando mi espalda, sus manos recorrían mis senos, apretándolos con delicadeza, a la vez que su boca dejaba besos y mordiscos por mi cuello y hombros.

Joseph: Adoro tu piel Amelia.

Su mano volvió a bajar a mi entrepierna, sus dedos acariciaban mis pliegues con tanta delicadeza, que se me hacía tortuoso, mi necesidad de hundirlo en mi incrementaba con cada roce, cada beso, cada caricia.