Narra Joseph.
Colgó el teléfono, estaba furioso, Mary me había prometido no hablar con ella y ahora Amelia no quería nada conmigo, desde un inicio sabía que esta relación no sería fácil, que tendríamos que lidiar con el desprecio de todos, pero estaba dispuesto a pelear con garras y dientes si era necesario, para proteger lo nuestro, protegerla a ella.
Me bajé del auto y caminé hacia la casa, estaba nervioso, no estaba seguro de si Mary ya le había contado a todo el mundo o si solo había hablado con Amelia, así que decidí actuar lo más normal posible.
Toqué el timbre, Marie me abrió.
Marie: Hola querido, feliz año nuevo - me abrazó.
Devolví el abrazo, pero alcé mi mirada hacia la escalera y la ví ahí de pie, al borde de ésta, pálida como un cadáver y su pantalón cubierto de sangre.
Joseph: Amelia - solté en un susurró.
Me aparté abruptamente del abrazo de Marie y corrí lo más rápido que pude hacia ella.
Marie: ¡Por dios! - gritó asustada, siguiendo mis pasos.
No alcancé a llegar hasta ella, antes de que se desvaneciera, pero por suerte cayó hacia atrás y no escaleras abajo, se dio un fuerte golpe en la cabeza al caer al piso, me arrodillé a su lado.
Joseph: Pecas, hey Amelia - acariciaba con mis manos temblorosas, su hermoso rostro blanquecino.
No quería moverla, era peligroso después del golpe que se dio.
Marie: ¡Llamen a una ambulancia! - gritó también arrodillándose junto a su pequeño cuerpo indefenso - Amelia, bebé ¿Qué pasó? ¿Cariño me escuchas?
Joseph: Amelia - le di pequeñas palmaditas en la cara para hacerla reaccionar.
Teddy: ¡No hay señal, maldición, no puedo comunicarme con urgencias!
Arthur: Debemos llevarla a un hospital, encenderé el auto.
Mary: Shh, tranquilo bebé, no pasa nada - sollozaba, tratando de tranquilizar al pequeño Loui.
Papá: ¡Saca al niño de aquí!
Abuelo: ¡Tranquilícense todos por favor!
Todos estábamos asustados, histéricos, Amelia abrió los ojos.
Amelia: Mamá duele, duele mucho - lloraba desconsoladamente como una niña pequeña.
Marie: ¿Qué te duele bebe?
Amelia: La barriga mamá, duele - se retorcía de dolor.
Mamá: ¡Vamos cariño, el auto está encendido hay que llevarla al hospital!
Joseph: Bien, Amelia voy a levantarte ¿sí? - ella asintió.
Se quejó cuando la tomé en mis brazos, bajé las escaleras lo más rápido que pude, nos metí al auto, con ella en mis piernas y Marie a mi lado.
Arthur: Echó a andar el auto a toda velocidad.
Marie: ¡Arthur con cuidado por favor, queremos llegar vivos al hospital!
Arthur: Lo sé, lo sé - respondió nervioso.
Amelia: Joe me duele, duele mucho Joe - daba alaridos de dolor.
Joseph: Lo sé, lo sé, ya vamos a llegar y te ayudarán con eso ¿sí? - intentaba tranquilizarla.
Marie: Bebé no te duermas, no, ¡Joe que no se duerma!
ESTÁS LEYENDO
Primos Quinn +18 Joseph Quinn.
RomanceJoseph: Sólo, no quiero que estés en la boca de nadie. Amelia: Podría estar en tu boca si no fueras tan cobarde. Estábamos a centímetros de distancia, podía sentir su respiración tan agitada como la mía, me acerqué un poco más, me abracé a su cuello...