"El egoísmo no es simplemente una característica desagradable; el egoísmo puede llegar a ser un comportamiento de desarrollo personal"
No tenía ni idea de cuántos días llevaba corriendo hacia el noreste después de haber salido de Ostatni Bastión. Todo se veía igual con la nieve, de noche, árboles y árboles con los típicos y angustiantes sonidos repitiéndose a mí alrededor, si es que no en mí cabeza.
Aun así, sabía en dónde estaba y adónde me movía, era una habilidad necesaria para ascender a Líder dentro de la ciudad de VarGóra, las personas dependían de nosotros en muchos sentidos. Me reprendí de inmediato por ese pensamiento, el pueblo ya no era mi preocupación, debía concentrarme.
Alcé la mirada y de nuevo me encontré con los árboles cubiertos de escarcha, mirándome y juzgando cada una de mis pesadas respiraciones. Me había sentado al lado de una pequeña loma, acurrucado en contra de ella para amortiguar de alguna forma el azote del viento frío. Escuché cómo mi estómago rugió y se retorció.
—Es difícil comer algo crudo —dije mirando el bulto que sobresalía de la nieve—, y más difícil cazar con solo un brazo.
Tuve que esforzarme mucho para tener a cualquier posible Incontrolable cercano bien saciado. Dejé muchos animales medio vivos lejos de mi posición y me quedé con las migajas, pero no podía hacer fuego hasta el amanecer, a menos que quisiera ofrecer mi cabeza en una bandeja de plata. Tampoco podía dormirme a pesar de mi cansancio, estaba agradecido de que los monstruos estuvieran predispuestas a buscar grupos grandes de presas, ignorando casi por instinto a las criaturas solitarias y débiles, sin embargo, era posible que alguna me encontrara como un alimento necesario para sobrevivir, en ese caso, tendría que correr o pelear.
El hambre era una sensación horrible, no los podría culpar. ¿Cómo les iría a las personas bajo la montaña de Ostatni? Si habían seguido mis instrucciones de los mapas y guías que dejé, sabrían que tendrían que arriesgarse a ir lejos, tal vez en los dragones de las Promesas, para poder llegar hasta la comida que buscaban; era la única forma.
De nuevo mi cabeza volviendo a ello, ya no era un Líder, era un desertor, como a los que trataba de enjuiciar, mi preocupación no era el pueblo, era mi rencor y las heridas que habían dejado en mí.
—Ese estúpido y pobre chico... —no pude evitar dejar de lado mi propósito—. El egocéntrico y creído de Gilles de Rais. Tal vez ya lo hayan matado como justicia por haber acabado con Marcus.
Casi no recordaba sus palabras y gestos cuando lo hizo, pero sí podía verlo atacando por la espalda al general. Su padre era igual, pensando que todo el mundo le debía todo por el simple apellido que llevaba a espaldas, aun cuando su familia era historia; lo máximo que había logrado ese hombre fue ser soldado. Era un acierto en el destino que estuviera muerto, miles de veces se le vio tirar a sus amigos a las manos de la Oscuridad para salvar su propia vida, y llenó la cabeza de su hijo mayor con sus mismos ideales, cosa que, bendecido por los dioses, no pudo con el menor por ser demasiado pequeño; el niño se llamaba... ¿René? No era capaz de imaginar qué tan mal nos hubiera podido ir si el padre se hubiera unido a los desertores. Se habrían llevado a sus dos hijos, los cuales son jinetes...
—Malditos sean los traidores que nos tiraron a las fauces del enemigo, y a las de la locura.
Todo se había ido al garete cuando ellos decidieron que no valíamos nada. Pronto tendría sus cabezas, poco después de que me rogaran por perdón. Pero primero, debía de aclarar bien mi mente, o el cansancio me dejaría tumbado en medio de la nada.
—Los desertores se fueron al noreste —esas fueron las puertas por donde escaparon—. Si ellos hubiesen seguido recto hacia el norte a Veles, se habrían encontrado con las Promesas que regresaban de su expedición a esa ciudad. Pero tal encuentro no sucedió.
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Las Promesas de los Dragones
AdventureDrey es un joven de trece años que ha quedado huérfano por culpa de las casi interminables batallas de la Caída, un suceso que marcó y dividió al mundo. Dos años después del fin de la Caída, a él y a otros jóvenes se les dará la oportunidad de conse...