39. Reuniones y superaciones - BELCH

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"La vida es lo importante. La vida es oportunidad, la muerte, no tanto."

Cuánto había cambiado Evarb, era alto, más de lo que esperábamos y, aunque tenía el mismo corte de cabello, se le notaba más experimentado, ya era todo un hombre. También noté que estaba contrariado y enojado, era típico de él perder el control, así que debíamos de proseguir con cuidado para no enfrentar su furia.

—Díganme quiénes realmente son, ya —exigió—. ¿Cómo conocen de mi hermano?

Insté a Marcus a comenzar a hablar, tal vez no sería muy bueno que yo diera primero la cara teniendo en cuenta la situación en que nos habíamos encontrado por última vez.

—Somos vargorianos que se separaron del resto del pueblo hace mucho. —dijo el general.

—Absurdo. —replicó.

—Estamos atados a Drey por su sangre —interrumpí al ver que el joven empuñaba su espada—. No podemos permitir que muera en manos de Rafael.

—¿Cómo saben...? —el que dudara era bueno.

—Tenemos muchos espías en Sventovid.

—En cuanto nos enteramos de que los dragones habían entrado a la nación, el ejército y nosotros abandonamos Zoria de inmediato para acudir a vuestro encuentro. —añadí.

—¿Qué ejército?

—Hay más de treinta mil bestias a unos veinte kilómetros a nuestras espaldas —comentó Marcus—, en su mayoría son criaturas neutrales que se han unido para acabar con Rafael.

—Me están desesperando.

De repente otro dragón bajó del cielo y se ubicó al lado del de Evarb, el dragón era plateado. Lucas sería más receptivo, así que esperé y Evarb también lo hizo. Eso era curioso, estaba dando un paso a un lado para que otro se ocupara de la situación.

—Sí ha madurado. —susurré.

Lucas se unió a Evarb y él rápidamente le comunicó lo poco que habíamos compartido. Aproveché para detallar a los dragones, eran grandes y fuertes, pero algunos detalles en sus jinetes señalaban que había sido un crecimiento acelerado.

Mucho poder en un cuerpo extraño no era buena combinación, pese a ello, podía sentir que la magia de estos estaba más viva que la de los dragones y jinetes que vivieron durante la Caída.

—¿Quiénes son ustedes? —repitió Lucas Lapiej.

—Marcus Ohara —el hombre se quitó la gruesa piel que le servía de capucha—, último general de la ciudad de VarGóra.

Evarb de inmediato blandió la espada en nuestra dirección y sus dragones detrás de ellos expulsaron humo por sus narices.

—Alto. —ordenó Lucas y no pude moverme.

—Son revividos. —espetó Evarb con molestia.

—Los revividos normales no hablan —dije—. Estamos aquí para ayudar a Drey Rumore y matar al Incontrolable denominado como Rafael.

—¿Por qué hemos de confiar?

—No permitiré que un montón de Incontrolables se nos unan.

—No tienen opción —observó Marcus—, Rafael es demasiado fuerte sin mencionar las criaturas que lo rodean.

—Realmente están informados.

—Los ejércitos de bestias y humanos no se unirán ni atacarán al mismo tiempo, eso sería imposible, pero se debe entablar las relaciones de estrategia y coordinación para tener éxito. —Marcus fue directo.

Las Promesas de los DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora