Capítulo 32: El día del estudiante, parte III

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Thiago se había puesto a hacer choripanes con una sonrisa en su rostro, se notaba que era de esos que encontraba placer frente al calor de brazas, con una cerveza en la mano, mientras se asaba la carne. Él era el asador oficial del curso, algunos de los chicos lo acompañaban y los demás andábamos disfrutando el predio.

¡Era genial! Porque estaba lleno de chicos y chicas de nuestra escuela y de la otra. A quienes les llamamos la atención cuando empezamos a bailar nuestra coreografía con las chicas. ¡Todos se acercaron a mirarnos! Un poco me dio vergüenza, pero igual lo di todo y pude divertirme muchísimo.

Milagros tomó muchas fotos con su nueva cámara digital. Todo el tiempo nos repetía «a las mejores las subo al Facebook» como si no hubiera dicho lo mismo desde la mañana que nos juntamos. Otra vez estaba ahí produciéndome enojo, pero nada me generaba más rabia que cuando insultaba a Vero o cuando molestaba a Nacho. Yo ya sabía lo que él sentía, por eso me molestaba a mí que también le insistiera tanto. ¡Me incomodaba!

El error de él fue confundirla, porque la tonta no quería entender que él no sentía nada por ella, por eso seguía insistiendo y siendo tan cargosa.

Después de comer los choripanes, nos pusimos a beber hasta que se hizo de noche, habíamos tomado mucho alcohol y estábamos bastante desinhibidos, por eso Milagros se estaba poniendo cada vez más pesada y cuando le exigió a Nacho que la besara me atreví a interferir.

—¡Basta! —Me crucé entre ellos—. ¡Te está diciendo que no! No ves que está incómodo, boluda —Arrastré un poco las palabras debido a mi borrachera.

—¡Qué te metes porteña agrandada! —Ella intentó empujarme, pero Nacho interfirió.

—Basta, Milagros. —Él la alejó de mí—. Tiene razón, te quiero pedir perdón...

Milagros lo miró arrugando la frente porque no entendía por qué él se disculpaba con ella.

—¿Por qué?

—Porque te usé, cometí un error... A mí me gusta Julián.

Abrí la boca ante la confesión. ¡Nacho lo dijo y mi pecho se llenó de orgullo por él! Milagros se quedó sin decir una sola palabra y los demás que estaban a nuestro alrededor comenzaron a prestar atención a la conversación.

Frente a nosotros estaba Julián, llevaba una lata de cerveza en la mano que casi se le cae cuando escuchó la confesión de su amado. A su lado, Vero se había apoyado en Mati que la sostenía de la cintura; estaban bastante juntos y no podía evitar sentir esos horribles sentimientos de celos. Dejé de mirarlos porque si no empezaría a sentir náuseas.

—Me estás jodiendo, ¿verdad? —Mili pestañeaba sin quitarle la mirada a Nacho—. Porque si me estás jodiendo es una broma muy pelotuda.

—No te estoy jodiendo, Mili. Ya te lo he dicho. —Suspiró acercándose a Julián—. Él y yo tenemos algo y nos queremos.

Sonreí al verlos juntos. Julián primero parecía no poder creerlo y luego sonrió enternecido cuando el otro chico se pegó a él. Todos se alegraron y unos pocos estúpidos hicieron cara de asco; a esos últimos los agregaría a la lista de personas que no me agradaban, junto con mis padres...

Por suerte Vero y Mati se habían separado, ella sonreía de felicidad por ver a su amigo siendo feliz junto al chico que quería.

—Cállate, boludo. —Mili se acercó a ellos—. Seguro que se pusieron de acuerdo, ¡no puede ser!

—Sí, lo es —Nacho respondió y de pronto nos sorprendió a todos comiéndole la boca a Julián.

Algunos aplaudieron, otros gritamos en festejo derramando nuestros tragos y la rubia finalmente entendió que no era una broma, que lo que tenían los chicos era real. Frunció el ceño y apretó los puños, luego me dirigió una mirada filosa antes de acercarse a mí. Me puse alerta, porque pensé que me iba a golpear.

Aquel último año - Wattys 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora