CAPITULO 22

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ANNE

Aparco el auto frente a las puertas del aeropuerto, observo de reojo mi celular aunque se que ningún mensaje ha sido contestado desde anoche, él no llegó, Tom no llegó a la cena y eso me preocupa, el jamás me dejaría plantada.

—Mi cielo— mi abuela toca mi brazo —Seguro todo esta bien, lo más probable es que haya tenido un contratiempo de trabajo o algo.

—El jamás me dejaría plantada— sonríe.

—Estoy segura que tiene una explicación muy buena— suspira —Lamento tener que irme antes de que hables con él, no sabía que tu abuelo se pondría mal otra vez.

—¿Otra vez?— desvía la mirada —Abuela...

—Ha estado enfermo, el doctor dijo que es la hipertensión arterial, estuvo internado hace un mes.

—Abuela, ¿por que no me dijiste?, no te hubiera pedido que vinieras, yo...

—Tranquila cariño, el está bien, ya se sentía mejor.

—Pero no lo suficiente para viajar, ¿cierto?— no me contesta —Abue, lo siento, el es fuerte, estará bien, solo tiene que cuidarse, lo iré a visitar...

—Anne, el ya está mejor, no quiere que lo vean así ni que sepan, sabes que odia verse débil, te prometo que te llamaré cualquier cosa.

—Está bien, vamos, te acompaño a la puerta.

Ambas bajamos, ahora tengo dos preocupaciones que no me dejarán en paz, no quiero que a mi abuelo le pase nada, es ahora cuando siento que no he pasado tanto tiempo con el como debería.

Le ayudo a mi abuela con su maleta, antes de entrar al aeropuerto me dice que ella sigue sola para que no se me haga tarde, le doy un fuerte abrazo y le repito que me llame cualquier cosa, también le digo que llamaré lo más que pueda.

La veo partir y siento triste, me gustaría que viviera aquí, que ambos vivieran aquí y así podría cuidarlos, pero se que no querrán alejarse de su hogar, el que construyeron juntos.

Lo primero que hago al subir al auto es revisar mi celular, solo tengo una llamada perdida de mi papá, ningún mensaje de Tom, mejor me apresuro a llegar al banco.

Anoche después de pasar por Lu y vivir un momento extraño <<al menos para mi>> en donde conoce a Mads, el nos dejó en casa, mi abuela llegó unos minutos después y yo salí casi volando al restaurante, fui la única que llegué, Tom no llegó, ni me avisó y no contestó mis mensajes ni llamadas, aunque no contestaba, estuve casi dos horas esperando, consideré su trabajo pero el no llegó.

Se que no le dejaría plantada por algo que no fuera grave, el siempre deja todo por mi, así que no estoy enojada, solo preocupada.

Ya en el banco, estoy ansiosa por llegar a la oficina, pareciera que el elevador va más lento, las personas me miran por jugar tanto con mis manos, en cuanto las puertas se abren en el piso de la oficina de Tom, salgo casi corriendo.

—Buenos días Ann...

—¿Y Tom?— Ashley frunce el ceño —Lo lamento, buenos días Ashley, ¿y Tom?

—El señor Hiddleston está en su oficina— camino a la puerta —Creo que durmió aquí o llegó muy temprano porque cuando llegue ya estaba aquí.

Le doy una mirada rápida antes de entrar a la oficina, cierro la puerta con cuidado, lo encuentro mirando el paisaje que dan las ventanas.

—Tom, estaba muy preocupada, anoche no llegaste— me acerco a él, antes de que pueda tocar su hombro el se gira, tiene unas hojas en la mano.

Me observa detalladamente, siento algo extraño en su mirada, creo que estoy teniendo un deja vu.

Más de media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora