Más de media noche | Tom Hiddleston

CAPITULO 46

ANNE

Mis manos tiemblan sobre el volante, mi vista se mantiene al frente esperando a que August llegue, me de a mi hija y todo salga de acuerdo al plan.

Entonces el irá a prisión y todo acabará.

Mi papá toma mi mano, lo miro, me tranquiliza su tacto, el que me dedique una sonrisa paternal, al menos ya no tiemblo tanto.

—Creo que Tom no me perdonara lo que le dije, no seremos los mismos después de esto.

—Anne, el te ama, sabe que fue la situación lo que te hizo decir esas cosas— niego.

—Está distante papá, dice que todo está bien pero yo creo que no.

—Hija, se que todo está bien, créeme, todo mejorará, ya verás que todo será mejor que antes.

—Te creo— limpia mis lágrimas.

Miro al frente cuando la camioneta negra se estaciona lejos de nosotros, Justo al frente pero lejos.

—Tranquila, recuerda no correr, le puede hacer daño al bebé.

—Lo se, hay que bajar.

Mi papá es el primero en bajar, yo lo hago enseguida, caminamos un poco hasta que August se baja del auto, Elizabeth baja de la parte de atrás, no luce bien.

—¡¿Y mi nieta?!— inquiere mi padre.

—En el auto— contesta Montgomery tranquilo.

—Dámela por favor— le pido.

—Primero te quiero aquí— mi papá niega.

—Primero a mi nieta— August sonríe y eso me da miedo.

Mira a Elizabeth quien solo lo mira de reojo, puedo jurar que es miedo lo que ella tiene también.

—Ella la llevará y luego tú vendrás con ella— nos indica.

Elizabeth abre la puerta del auto y luego carga a mi hija, está dormida, no soporto la idea de pensar que ellos le dieron algo para que durmiera.

La rubia camina hasta nosotros, Montgomery saca un arma con la que le apunta a Elizabeth mientras está viene.

—¿Por que tiene un arma?— murmuro asustada.

—Tranquila Anne— escucho la voz del Coronel por el auricular —No te alarmes, todo estará bien.

Mientras más se acerca, las ganas de llorar me llegan, y lo hago cuando llega y me pasa a mi hija, quiero abrazarla por mucho tiempo, no separarme de ella jamás.

—Te amo— dejo un beso en su mejilla.

—¡Ven aquí ahora!— grita el hombre que quisiera ver muerto.

—Vamos— me pide Elizabeth.

—Papá, cuídala bien— se la doy.

—Lo haré cariño.

Comienzo a caminar con la rubia tomándome del brazo, no la quiero cerca de mi, quisiera golpearla, arrastrarla por todo el campo en el que estamos hasta que ya no pueda más.

—¿Por qué haces esto?— murmuro.

—Te juro que no quisiera estar haciéndolo— la observo de reojo —Lo siento Anne.

No contesto, mi corazón late muy rápido y creo que me comienza a faltar la respiración cuando estamos a punto de llegar, no voy a poder, no voy a poder.

No quiero fallar.

Miro hacia atrás, mi padre está subiendo a mi hija al auto.

—Anne...— escucho la voz del Coronel, ya estamos a punto de llegar con Montgomery —Estarás a salvo.