Más de media noche | Tom Hiddleston

UN GRAN PAPÁ

SEBASTIAN

Termino de firmar lo que tenía pendiente y miro la hora en el reloj que adorna mi muñeca, no es tan tarde, aún puedo pasar por el orfanato, ni siquiera salí a comer para tener tiempo de hacerlo.

Al salir de mi oficina le aviso a mi secretaría que ya no regresare, que me informe cualquier inconveniente, antes de de irme paso por la oficina de Tom, Ashley aún no llega así que voy directo a la puerta.

—¿Pero por que no quieres?, son tus padres y...

—Yo no te estoy diciendo que no quiero Anne, simplemente que no quiero que tú te sientas obligada a ir solo porque mi papá te dijo que quería que fueras.

—Es que no me siento obligada, tu eres el que no quiere ir, no me lo niegues— al parecer discuten.

Opto por no interrumpir, se escuchan muy entretenidos con esa discusión.

En el elevador le encuentro con Olivia quien me dedica una sonrisa amable, no he hablado mucho con ella, no la conozco tanto, lo único que se de ella es que es muy buena en su trabajo y le gustaba mucho Tom.

Estoy seguro de que si Anne no hubiera regresado a la vida de mi amigo, tal vez Olivia fuera su novia en estos momentos.

Y se escucha algo mal, hasta para mi que adoro a Anne, pero es la verdad, aunque no se que tan contento hubiera estado con eso considerando que estoy muy seguro de que Tom jamás hubiera podido olvidar a la ojiverde, estar con una persona mientras amas a otra, es algo verdaderamente doloroso.

Y es que Tom y Anne son el uno para el otro.

A veces los envidio, de la buena manera, ellos se encontraron después de muchos años y ahora tienen una niña hermosa, aunque no lo demuestre y lo niegue, a veces quisiera eso.

Ya tengo cuarenta, siento que el tiempo se me va.

Mis pensamientos se relajan cuando llego al orfanato, hace días Eliot cumplió diez meses y no pude visitarlo así que aquí estoy.

Últimamente es lo único que hago, voy al trabajo, visito a Eliot, le gusta que lo visite, siempre está risueño conmigo.

—Buenas tardes madre— saludo a la monja que me recibe.

—Señor Stan, pensamos que no vendría.

—Jamás me perdería esta oportunidad, ¿y Eliot?

—Lo están terminando de arreglar, sabe, hace poco estuvo el señor Hiddleston por aquí, jugó con los niños y pasó un rato con Eliot.

—Si me había comentado que vendría.

—Dijo que la próxima vez traería a su hija y a su esposa— me cuenta —No sabía que tenía una familia.

—Si, tengo una hermosa sobrina de cuatro años, y a Anne, mi cuñada— la señora sonríe —Es que Tom es discreto.

—Ya nos dimos cuenta— llegamos a la oficina —¿Y usted?

—¿Yo?, yo no soy tan discreto.

—Me refiero a la familia— ríe.

—Ah...pues no, soy soltero, aunque no me aparto de tener una esposa e hijos.

—Por como lo he visto interactuar con Eliot, estoy segura de que será un gran papá— sonrío.

—Si...

—Bien, aquí están los papeles, me costo que dieran este permiso, pero aquí está, a las ocho de la noche tiene que estar Eliot aquí— firmo todo y me seguro de que esté en orden —Pero creo que podemos tolerar media hora más.