CAPITULO 24

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TOM

Miro la foto por milésima vez en estas semanas, la veo como si fuera de mentira, como si La Niña de la foto de la nada fuera a desaparecer y yo despertara de un sueño, pero no, La Niña de esa foto es real y es mi hija, mi niña.

Sebastián tiene razón, sus ojos son como los míos, el cabello y podría decirse que las cejas, tiene la nariz y la sonrisa de Anne, es una combinación perfecta de los dos, es hermosa.

Cuando la mire en la academia lo último que me paso por la cabeza es que podría ser mi hija, ¿cómo podría pensarlo?, ni siquiera sabía que tenía una, pero ahora lo se y ni siquiera se cómo sentirme al respecto.

Lo único que puedo sentir es enojo y decepción, estoy enojado, yo merecía saber, Anne no tenia el derecho de ocultármela por mas su madre que sea.

Desde que me dijo no he hecho más que mirar la foto y pensar en miles de posibilidades de cómo hubiera podido pasar esto, trato de entenderla pero no puedo, podría perdonarle cualquier cosa, lo que sea, pero esto, que me haya ocultado que tengo una hija, ¿cómo voy a poder por más que la ame más que a mi mismo?, amo a Anne y se que decir verdades no es su fuerte, pero creí que seríamos sinceros esta vez.

El teléfono de la casa suena, dejo que la contestadora atienda.

—Hijo, soy yo otra vez, estoy preocupada por ti, se que no te gusta que invada tu espacio así que no iré a buscarte, pero ya son tres semanas que no se nada de ti, me preocupas amor, llámame por favor o de verdad tu padre irá a buscarte.

Suelto un gran suspiro antes de tomar el teléfono, dudo en si llamar, la verdad es que no tengo ánimos de hablar con alguien ahora mismo, solo quiero pensar bien las cosas, ¿que voy a hacer?

Al final termino llamando, no es bueno para mi madre que se preocupe tanto.

—Hola mamá.

—Tom, ¿cómo estás hijo?— sonó mi frente.

—Bien, estoy bien, ¿y tu?

—Ahora ha estoy bien, estaba preocupada por ti, no contestas el celular, me dijeron tus hermanas que a ellas tampoco le contestas y conozco bien a Sebastian y se que ni me dijo toda la verdad, ese muchacho es malísimo para disimular.

—Pues estoy bien mamá, solo me tome unas vacaciones.

—Cariño, la última vez que desapréciate así fue cuando esa mujer te engañó, así que confía en mi, dime que te pasa.

—Mamá...

—Tom por favor.

—Te lo dire, pero no ahora así que por favor no me insistas madre— la escucho suspirar.

—Está bien, pero por favor, no desaparezcas así.

—Adios mamá.

—Adios mi vida, te amo— cuelgo el teléfono.

Lo pongo en su lugar y voy a la cocina por un vaso de agua, el whisky no quita la sed así que opto por el agua.

Mi día se basa en seguir viendo la foto y el video que Sebastian me envío, ¿quiero conocerla?, si quiero conocerla, no dejo de pensar en eso desde que mire la foto y ahora que tengo el video siento algo que no se explicar.

Quiero saber como es, ver lo hermosa que es en persona, como se ríe, si es tímida o extrovertida como su mamá, quiero escuchar su voz, solo quiero conocerla.

El viernes llega, otro largo día, por fin decido entrar a mi oficina en casa después de muchos días, hace mucho que no me deslindaba tanto del banco, eso debe ser un caos, tengo que llamar a Ashley.

Más de media noche | Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora