Más de media noche | Tom Hiddleston

CAPITULO 30

ANNE

Entrelazo mis manos y las presiono para tronar mis dedos, lo repito como dos veces más hasta que miro a Sofia la cual me observa como si estuviera loca, pero no estoy loca, estoy nerviosa.

Invite a mi papá a comer, mañana es la presentación de Lu y no quiero que se lleve una sorpresa al ver a Tom llegar, sin exagerar, le daría un infarto, del enojo y de la impresión, más del enojo que otra cosa, Tom no es su persona favorita en el mundo, ni en la vida.

—Mujer, te vas a acabar las manos.

—Mi papá ya va a llegar— ríe —No te burles.

—No me burlo, bueno si, es que te hubieras evitado esto si le hubieras dicho por llamada, es todo más fácil— lleva a su boca una de las uvas que tiene en el plato.

—No podía.

—¿Y ahora si?

—Ya déjame, ¿que no ibas a ir con Ash a comer?

—Si, pero lo aplace un poco, quiero ver a mi viejito bello— ruedo los ojos.

—Me sorprende que aún tengas esperanzas.

—Estoy segura que en otra vida yo sería tu mamá.

—Ay ajá.

—Claro que si.

—Pues...— el timbre suena —¡Llegó!— me aparto de la puerta —Abre tu.

—Con gusto— voy a sentarme al sofá.

Sofia arregla su cabello exageradamente antes de abrir, en cuanto miramos a mi papá, ella extiende los brazos.

—Roberto, que guapo— se abrazan —Te extrañe cariño.

—Sofia...— Ella cierra los ojos aún abrazándolo, suelta un suspiro que hace sonreír a mi papá.

—Déjame, estoy soñando que llegas de un viaje de negocio y yo soy tu esposa que te recibe— mi papá ríe.

—Te extrañe también— mi amiga se aparta y yo me pongo de pie para abrazar a mi papá.

—Hola papi— me recibe gustoso.

—Hola mi vida— besa mi frente —¿Como están?, ¿y mi nieta?

—Está en su habitación jugando a la hora del té con Oreo, ¡Lu, el abuelo llegó!— la llamo.

Ella no tarda en aparecer con Oreo detrás, me hago a un lado ya que va directo a mi papá.

—¡Abue!— lo abraza, el la carga.

—Hola mi amor, te extrañe tanto.

—Y yo a ti, vamos a jugar— le pide.

Yo miro a Sofia, tiene que llevarse a Lu a su habitación o si no querrá ir con nosotros y va a llorar si le decimos que no.

—El abuelo jugará con nosotras, pero vamos preparando todo, ¿si?— mi hija siente sonriente.

—Si tía— se va a los brazos de Sofia.

Mi papá parece confundido, ni siquiera le di tiempo de hablar tanto con Lu, pero no puedo perder un segundo más.

Sofia se lleva a Lucille y mi papá me mira.

—Ni siquiera le pregunté qué ha hecho.

—Es que perderemos la reservación si no nos vamos ya— tomo mi bolso.

—Está bien cariño, vamos.

Camino al restaurante me cuenta que visitó a mis abuelos y que mi padrino conoció a una mujer, me alegro por él, tal vez no encontró a su segundo matrimonio y el último.