Capítulo 01 - Caída de la grulla - parte II

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 —No es necesario que lo sepa, y ese humano ha muerto injustamente, ¿ya lo olvidaste? Él casi logra llegar a convertirse en un ser superior gracias a sus hazañas y a su gran amor incondicional hacia los débiles

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—No es necesario que lo sepa, y ese humano ha muerto injustamente, ¿ya lo olvidaste? Él casi logra llegar a convertirse en un ser superior gracias a sus hazañas y a su gran amor incondicional hacia los débiles. Sin dudas, él iba a ser uno de los nuestros. Si tú no le das la oportunidad como tu favorito, se la daré yo. No me culpes luego. —Ella sonrió con delicadeza, pero con cierta lujuria y desprecio.

Liang GuangZhi, sin ser afectado, se encogió sus hombros.

—Es tu poder, úsalo como gustes. En cualquier caso, ese humano morirá tarde o temprano, será un ligero parpadeo para mí. No volveré a jugar este estúpido juego, tú haz lo que quieras hacer.

—Eso haré. —Se rio victoriosa—. Si él ha muerto y su cuerpo ha sido destrozado, le daré uno nuevo, uno joven, hermoso y fuerte. No elegiré a cualquiera, sino al mejor. Si los demás actúan como tramposos, entonces está bien que haga algo como esto.

—Haz lo que quieras —repitió, tan frio como el hielo, sin siquiera mover un dedo.

—Algo en este mundo mantuvo su alma vagando, dividida en pedazos. Él intenta decir algo, tiene una razón para seguir existiendo. Quizás sus deseos de vivir son muy fuertes, o quizás... —Hizo una pausa y suspiró—. ¿Qué es lo que te detiene, pequeño humano?

—¿No eres tú la que sabe de esas cosas más que cualquiera? —intervino su marido, sin poder evitarlo—. Deja de dar preguntas y explicaciones al aire, no llegarás a ninguna parte. Me da igual ya.

—Deja que hable al menos —protestó—. Lo reviviré y dejaré que su destino decida. Si debía morir, morirá, y no interferiré más.

—Recuerda que no puedes vigilar lo que hace en cada momento. Las reglas han cambiado, hay dioses que hacen trampa, ¿por qué no entiendes que este juego ya no tiene sentido? —intentó convencer el hombre.

—¿No que no te interesaba?

—Haz lo que quieras. —Culminó con esas palabras otra vez, chasqueando la lengua.

El juego de estos dioses consistía en algo simple: votar a un humano que se considerara capaz y ver cómo afrontaba diferentes situaciones con su poder. El que lograba atravesar las adversidades pasaba al siguiente nivel del juego; sí, esto era por niveles. Los humanos que conseguían atravesar las pruebas continuaban en la siguiente ronda, y los que no quedaban descalificados.

Las situaciones dificultosas impuestas podían ser desde cazar bestias enormes, derrotar algún enemigo superior, una deidad corrupta o fantasmas, o pasar por tiempos difíciles de sed y hambre. Cada una de estas pruebas eran impuestas por un dios rival, o sea, un dios que no haya elegido al humano al que se le impone la prueba. Los humanos no estaban al tanto de este juego de apuestas, y tampoco era muy conocido por otros dioses, muy pocos gastaban su tiempo con estas tonterías. No se podía interferir mucho en la vida del mortal que eligieran, imponiendo las pruebas antes mencionadas, en poco tiempo. Eso era una tontería para la mayoría. La excusa para esto era que la vida de los mortales era interesante, que les recordaba a sus vidas pasadas, y que en el cielo no era como si hubiera muchas cosas para hacer; no más que conceder pedidos o ignorarlos.

Grulla Negra《Hēi Hè》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora