Capítulo 34 - Camino en equipo

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 La habitación, que se había dividido en dos, no parecía muy diferente en su lado izquierdo que en el derecho

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La habitación, que se había dividido en dos, no parecía muy diferente en su lado izquierdo que en el derecho. Pese a que estaba muy oscuro, podía apreciarse todo muy bien.

Luego de caminar en línea recta por un rato, uno dentro de las rejas y el otro por el libre, vieron lo que menos querían: una puerta.

—Tengo una idea —dijo Xiang Shen.

—¿Pensar en otra manera de salir?

—No, ambos abriremos las puertas al mismo tiempo y veremos su interior. Sin entrar, no queremos sorpresas, ¿verdad?

—¿Y si algo nos absorbiera?

Los ojos de Xiang Shen se abrieron. Tenía razón, después de lo que habían pasado, no sería raro que eso sucediera.

—En ese caso... —Xiang Shen liberó algo de energía y la convirtió en un látigo centelleante—. Haz uno así y átalo en las barras. Si hacemos esto, no creo que algo nos absorba tan fácil, ¿qué dices?

Ahora Xin Yuan estaba más dispuesto a seguir con el plan, aunque su corazón temblaba cuando algo se asemejaba a separarse. Tenía un miedo genuino a no poder protegerlo que sus manos temblaban.

A continuación, cada uno abrió la puerta de su respectiva mitad. La sorpresa de los hombres quedó bien reflejada en sus ojos.

—¿Es una broma? —Xiang Shen puso los ojos en blanco y añadió—: Sí, tiene que ser una broma.

Justo como la habitación en la que estaban, había barras en el medio. Eso al menos significaba que no tendrían que dejar de verse o perderse. Ambos lados eran iguales, idénticos en su totalidad. Lo que molestó a la pareja en sí fue que, justo antes de una puerta que decía "salida", había una enorme guillotina, y a cada lado, una cuerda que permitía subirla. El mecanismo no era tan sencillo, si una de las guillotinas subía, la del lado contrario bajaba.

Cualquiera pensaría que sería sencillo, es decir, uno subía su respectiva guillotina, cruzaba y luego iría el otro, pero no. Cuando la guillotina de uno subía, otra trampa se abriría en todo el suelo, era seguro que por debajo hubiesen trampas mortales. Se veía muy claro el tipo de mecanismo que tenía, porque no pretendía esconderlo, daba la impresión de que Wu He puso el mecanismo expuesto para hacerlos desesperar.

—No es tan difícil de entender —dijo Xiang Shen, sarcástico.

—¿A qué te refieres con eso? Si tiro de esa cuerda morirás, ¿no ves el suelo? Y si tú haces lo mismo, la muerte será para mí.

—Sí, eso es fácil... ¿Sabes? Hay algo que se puede hacer. —Xiang Shen señaló la espada en el cinto que rodeaba su cintura—. ¿Recuerdas cómo levitar sobre la espada?

El demonio comprendió de inmediato.

—Xiang Shen, ¿y si hay algo más que trampas bajo este suelo?

Grulla Negra《Hēi Hè》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora