Como balde de agua fría lanzado en su cara, Xin Yuan apareció desde la absoluta nada. No dijo ni una palabra en ese rato, se limitaba a mirar a Xiang Shen, sus ojos rebosaban de odio, su aura, de ganas de matar. Quien lo viera en ese estado caería al suelo por el miedo o por la presión; su energía espiritual era muy elevada y amenazante. No se percibía como siempre, había algo extraño en él, cosa que detuvo a Xiang Shen en su lugar, sin sentir la necesidad de correr del peligro.
—Muy bien, pueden comenzar el espectáculo —expresó Wu He, quien observaba detrás de la niebla.
El asombro se dibujó en su semblante. Xiang Shen escuchó que los pies de Xin Yuan avanzaban como si siguiera la orden de Wu He, ¿por qué él seguiría las órdenes de alguien más?
—No eres Xin Yuan, él nunca seguiría la orden de un idiota que encierra a la gente en su territorio para atacarla.
—Soy yo.
Esa voz era la de su discípulo, con la única diferencia en su tono: se escuchaba ahogada, sin emociones. Xiang Shen reflexionó sobre la niebla, ¿crearía alucinaciones o quizás podía controlar a las personas? La niebla, aparte de envolver su alrededor, trataba de hacer que se convenciera de que ese era Xin Yuan. «Causa alucinaciones y quiere hacerme creer que él es el verdadero... ¿Por qué haría algo así?».
—Soy yo —repitió Xin Yuan.
—No... No lo eres.
—Soy yo.
Xiang Shen sujetó su cabeza con ambas manos. Sentía muchísimo dolor, era como si dos manos gigantes la quisieran hacer estallar.
—No... Tú... —dijo, confundido, intentando mantener su vista fija y la mente clara, lo que fue imposible. Muchas cosas pasaron ese día, era tanta la incertidumbre de lo que fuera que estaba sucediendo a sus espaldas que no sabía que creer y qué no—. ¿Por qué dejaste la espada? —preguntó, cediendo a creer el espejismo que veía—. ¿Quién puso esta semilla en mí? ¿Estabas en peligro o me dejaste allí porque me odias?
—Yo no la necesito, nunca más. Sé muy bien quién eres, me mentiste por tanto tiempo sin siquiera un poco de culpa. Dijiste que no me conocías, incluso después de haber pasado por tantas cosas, de morir por ti, de buscarte en mi otra vida. ¿En serio lo mejor que podías hacer era inventarte una historia? ¿Una nueva vida en la que me dejabas atrás? No me hagas reír.
Xiang Shen perdió el equilibrio, se tambaleó en el sitio, muy incómodo y adolorido. La tristeza que invadía su corazón era como mil agujas clavadas en su cuerpo, ¿acaso Xin Yuan se equivocaba? ¿No había sido egoísta? Querer dejar todo atrás y pretender que nada ocurrió, ¿no era injusto? Estaba casi sin fuerzas por la jaqueca y la falta de aire, pero consiguió contestar.
—Quería... protegerte. No quiero que regreses conmigo, quiero que vivas una vida en libertad, una vida llena de esperanzas, en donde puedas seguir el camino que te hará feliz —se lamentó—. Lo único que logró este maestro tuyo fue atarte. Te até tan fuerte a mí que no te permites ver lo que hay más allá, até tu vida a mí. No quiero que eso vuelva a suceder, Xin Yuan, déjame solo y te dejaré.
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Grulla Negra《Hēi Hè》
FantasyDespués de una muerte trágica en un pasado dudoso, Xiāng Shén renace en un nuevo cuerpo. Ligado a su alma, viajó un artefacto de recuerdos que él mismo creó antes de morir. Movido por el deseo de recuperar el tiempo perdido y olvidado, comienza un...