Extra 02 - Bajo el agua fría de invierno también hay corazones cálidos I.

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 Zhi Chen bajó la lanza y cayó derrotado en su silla repleta de comodidades

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Zhi Chen bajó la lanza y cayó derrotado en su silla repleta de comodidades. Toda la noche caminando en el mundo humano, usando energía demoníaca sin ser agresivo y esconderse para no meter en problemas a nadie no era algo que soliera hacer. Por suerte, y aunque le pareciera extraño, no le importaba. Al fin y al cabo, ayudó a su nuevo amigo humano, Zhao Shen, o, mejor dicho, Xiang Shen. Al inicio no le cayó bien por el tema de Song Yu, pero al ver que tenía un corazón honesto, sería un amigo al que visitaría para saber de su vida, además, a su pareja también le agradaba.

—Así que ese Zhao Shen era Xiang Shen. Tienes buen ojo, Zhi Chen —le habló una tenue voz.

—Mejor ven a mimar a este viejo demonio...

—No te hagas el tonto, para nosotros eres joven todavía. ¿Qué le dirías a tu madre? Ella tiene cien años más que tú, no te quejes.

—Mi pareja me maltrata... —sollozó.

Fu XiaoBei se enrojeció y fue hasta la silla, se sentó a su lado y acarició su cabello. Lo quería, quería mucho a ese imbécil, y no podía ir contra él cuando se ponía de esa forma.

—Date la vuelta, te daré masajes.

Zhi Chen sonrió, mostrando los afilados colmillos, y se volteó. En seguida, Fu XiaoBei le hizo masajes, unos muy placenteros. Luego de un rato, fue Zhi Chen el que lo hizo, y, teniéndolo por debajo, le susurró al oído:

—Fu XiaoBei, ¿no quieres jugar?

—No... Quiero descansar, así que vamos a dormir.

—Siempre igual —se burló, mas entendía el cansancio del otro. No iba a presionarlo a mantener relaciones, con todo lo que habían pasado, ni siquiera a él le quedaban fuerzas.

Después de una breve charla y una buena comida, ambos se acurrucaron juntos. Su relación era muy estrecha y longeva, por lo que no hacían falta muchas palabras para describir sus sentimientos.

—Descansa, Zhi Chen —murmuró el más joven, dándole un tierno beso.

—Descansa —devolvió el mayor.

Ellos se habían conocido antes de que Zhi Chen renunciara a su lugar físico en el mundo demonio. En ese entonces, y ahora, no estaba de acuerdo en la manera de actuar de los demonios. Lo usual era que se les convocara por humanos para cometer atrocidades, venganza o cualquier tontería. No lo hacían todos, pero sí los demonios de bajos rangos. Claro, para muchos de esos demonios, eso era sinónimo de diversión y de recompensas; ninguno haría un trabajo sucio por nada a cambio. De hecho, muchos alimentaban su núcleo espiritual demoníaco con la energía que los humanos les daban a cambio, o hasta les robaban sus núcleos para comérselos y mejorar así su próprio cultivo.

Zhi Chen quiso cambiar eso, se atrevió a reunirse con Nangong Ju en algunas ocasiones, pero nada funcionó. El dios demonio no pensaba en otra cosa que no fueran temas personales, el mundo demonio era un caos.

No obstante, en el tiempo que un tal Xiang Shen y su discípulo Xin Yuan estuvieron con vida, muchos demonios fueron devueltos a sus casas antes de conseguir formar un pacto. Eso se debía en parte a que Xiang Shen trabajaba arduamente en esos temas, y tenía a su mando algunos grupos que lo apoyaban. Por esa razón, a Zhi Chen le caía bien ese humano, los demonios debían estar en su mundo sin afectar a nadie, y los humanos de igual manera en el suyo. Eso sí, entendía que muchos demonios quisieran irse, y creía que, si no hacían daños, no debería haber problemas, incluso él había pensado en esa posibilidad.

Pasaron los años y las cosas mejoraron mucho, Fu XiaoBei ya era su pareja para ese entonces. Sus ideas y relación crecieron gracias a que salían a menudo a cuidar del mar demonio, y de tanto en tanto, ambos formaron un lazo especial e inquebrantable. Fue así hasta que la desgracia llegó un día.

Nangong Ju había ingresado en reclusión para recuperar sus poderes. Al parecer, la posesión que estuvo intentando realizar falló. Claro, nadie se esperaba que en realidad estuviera muriendo, que necesitara urgentemente recuperar sus energías en aluna zona propicia de qi, llena de energía espiritual y en solitario para recomponer su cuerpo y mente. Esas acciones, para todos los demonios, significaban que su dios estaría cultivando energía espiritual para llegar a una fase superior.

Cuando Xiang Shen murió, todo volvió a descontrolarse. Las bestias en el mundo humano eran cada vez más peligrosas a causa de las enfermedades, incendios y demás desastres. Los cultivadores no podían hacer más que luchar en donde pudieran, y nunca llegaron a conseguir lo que Xiang Shen logró: años de paz y prosperidad genuinas.

En el mundo demonio fue más o menos igual. Al no tener los grupos que se encargaban de los demonios, y al tener más gente desesperada, muchos aprovecharon para salir y cometer más y más atrocidades. No importaba cuánto se esforzara Zhi Chen, ningún demonio le hacía caso, solo los de su raza. Nangong Ju tampoco salía de su reclusión, y nadie sabía el tiempo que le llevaría, por lo que optó en retirarse de allí y dejar el mar demonio abandonado.

Zhi Chen consiguió un lugar en el mundo humano, muy cerca al palacio del famoso Xiang Shen, y, como muestra de respeto, decidió proteger a los humanos que vivían cerca de esos mares. Ninguna bestia ingresaría por allí, al menos no por el agua, y, a cambio, los humanos los dejarían vivir en paz, en un espacio alejado de los suyos.

Tiempo después, Xin Yuan, el discípulo del ahora llamado Grulla Negra, tomó el puesto de líder de tierra. Ni él ni Fu XiaoBei se esperaban algo así. Yuanghe era un demonio de lo más poderoso, longevo y con muchísima experiencia, ¿cómo fue posible que un ex humano lo derrotara? ¡Le había dado la paliza de su vida!

Zhi Chen no sabía qué esperar de ese nuevo líder, cruzó palabras con él unas pocas veces y nunca llegaron a una conversación. Pese a eso, al poco tiempo se dio cuenta de que Xin Yuan era cien veces mejor líder que Yuanghe. En vez de dormir todo el día y salir a pelear, disminuyó muchísimo la cantidad de demonios que salían a ser contratados por humanos. Eso era algo que agradecía, respetaba mucho a Xin Yuan. Aunque ahora que Yuanghe había conseguido el título de demonio supremo o "dios demonio", podía decir que su trabajo en el mundo demonio no era malo.

Fin extra 02.


Grulla Negra《Hēi Hè》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora