A pesar de que lo intentó, rodó y rodó sobre sí para conciliar el sueño otra vez, no consiguió descansar, su mente no le dejó.
—¿A dónde te fuiste?
Se puso de pie para comenzar a dar repetidas vueltas por la habitación, pensando, con una mano en su mentón, diferentes hipótesis de lo que podía haber ocurrido. Entonces, se percató de que, en la mesa ratonera, bajo un libro, había una pequeña hoja, una carta.
—¿Una nota? —Corrió hasta ella. Casi se cae por el impulso que dieron sus pies en el suelo—. ¿Por qué mejor no me despertaste? Niño tonto.
No quería sacar conclusiones antes de tiempo y leyó. "Ve a la montaña. Usa esto como quieras en el camino, es un regalo. Nos volveremos a ver pronto". Xiang Shen chistó con la lengua. ¿Qué significaba eso? ¿Por qué no le dijo nada? La angustia, así como la frustración subió por su pecho.
—De todos modos, nadie te obliga a estar junto a mí, imbécil.
Negó sus sentimientos de preocupación, ¿había pasado algo tan grave como para irse sin comunicárselo? O quizás era algo tan secreto que no podía confiárselo. No lo sabía, pero, con esto, su idea de que la comunicación entre ambos fuera sincera y completa se fue volando. Ambos tenían secretos que no dirían así como así. «Estoy maximizando el asunto», dijo para sus adentros.
Juntó la carta y el libro para guardarlos en sus ropas. Al retirarlos, notó que debajo también había una bolsita de color verde musgo, de la que, nada más tocarla, pudo oír el claro sonido de las monedas en su interior.
—¿Qué se piensa? —se dijo, armando un puchero—. Si deja esto, lo voy a usar como quiera...
Xin Yuan siempre fue atento, más que nada con él. No importaba lo bromista que fuera o lo mucho que le gustara molestarlo, al final del día, demostraba cuánto le importaba con acciones como esta.
—Necesito una espada... —murmuró—. ¿Habrá suficiente como para comprar una?
Enseguida, negó con la cabeza. No creía que el buen Xin Yuan hubiera dejado tanto dinero como para comprar un arma de calidad, así que grande fue la sorpresa al desparramar el dinero por la mesa. ¡Eran demasiadas monedas de oro, demasiado dinero para una persona!
—Qué mierda, ¿qué quieres que compre con esto?
De inmediato, recordó que todavía faltaba pagarle al sastre y que le prometieron un pago triple. Aun así, le alcanzaría como para una espada, o al menos algo que fuera útil para defenderse.
Pronto llegó el amanecer. No había nada que hacer allí más que dejar que el tiempo pasara. Se tomó un corto baño, desayunó con tranquilidad, como si quisiera demostrar que no estaba para nada ansioso de reunirse con el demonio, y salió de la posada aparentando suma confianza y paz mental. Xin Yuan ya había pagado esa noche, no tuvo que gastar el oro que se proponía utilizar para su nueva espada.
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Grulla Negra《Hēi Hè》
FantasyDespués de una muerte trágica en un pasado dudoso, Xiāng Shén renace en un nuevo cuerpo. Ligado a su alma, viajó un artefacto de recuerdos que él mismo creó antes de morir. Movido por el deseo de recuperar el tiempo perdido y olvidado, comienza un...