Era una mañana clara y muy fría, un Xin Yuan de diecisiete años apenas despertaba de su largo sueño reparador. Había dormido tan bien que las marcas de las sábanas quedaron marcadas en su cuerpo. Todavía adormilado, se sentó en la cama y miró hacia los costados sin ver muy bien. Se talló los ojos, pero seguía sin ver a nadie.
—¿Maestro? —llamó, sin obtener respuestas.
En ese preciso instante, alguien entró por la puerta de la habitación.
—¿Cómo te sientes? Xin Yuan, la fiebre ha bajado mucho. Te estuve cuidando todo el tiempo y creo que no era tan necesario. Tu cuerpo tiene una habilidad especial para esto. —Sonrió con amabilidad.
En sus manos, Xiang Shen llevaba una bandeja con alimento, algunas sopas, carne y verduras.
—Pido disculpas al maestro por interrumpir en su habitación. Me siento mucho mejor, no lo molestaré más.
—¿Qué cosas dices? Te he dicho que mi discípulo no es ninguna molestia, no hay nada de malo que te quedes en mi habitación. —Él le entregó la comida—. ¿Puedes comer? ¿Prefieres que te ayude?
A Xin Yuan se le veía muy nervioso por eso. Tenía mucha confianza con su maestro, mas, cuando lo trataba así, con tanta ternura y esmero, no podía evitar ponerse colorado.
—Bien, recuéstate —ordenó Xiang Shen—. Este maestro te alimentará.
—N-no es necesario. En serio, yo puedo.
Las manos de Xiang Shen fueron más rápidas y llevaron una cucharada de sopa hacia los labios de su discípulo. Su rostro, aunque alegre, daba a entender que no había lugar a replicas, por ende, Xin Yuan aceptó, agraviado, el alimento.
—Está delicioso...
—¿Verdad que sí? —alardeó el mayor—. Tu maestro es bueno cocinando, no encontrarás muchos nobles que lo hagan tan bien como yo.
Esas palabras hicieron sonreír al joven discípulo, porque Xiang Shen, por más poder y títulos que tuviera, nunca alardeaba sobre nada, pero, cuando se trataba de su comida, podía ser muy diferente. Podían decirle que su habilidad con la espada era mala, o que su ropa no era de buen gusto, y eso no lo molestaría en lo más mínimo. Por el contrario, si alguien le decía que su comida era mala, él podía llegar a dar mil y un razones por la que el gusto del otro era malo.
Xin Yuan dejó escapar una risita. No conocía a nadie que hubiera probado la comida de su maestro, eso lo hacía sentir alguien especial, alguien que tenía algo que los demás no podían ver de su maestro.
—Xin Yuan. —El maestro lo sacó de su trance—. Cuando esto pase, volveremos a salir. No te sientas presionado, dime cuando estés preparado, ¿de acuerdo?
—Está bien, maestro.
En esos tiempos, había varios campesinos con problemas de bestias, Xiang Shen se refería a eso cuando decía salir. Por suerte, los problemas estaban cerca y no debían viajar lejos, mas siempre se preguntaba si su maestro solo estaba disponible para esta clase de cosas.
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Grulla Negra《Hēi Hè》
FantasyDespués de una muerte trágica en un pasado dudoso, Xiāng Shén renace en un nuevo cuerpo. Ligado a su alma, viajó un artefacto de recuerdos que él mismo creó antes de morir. Movido por el deseo de recuperar el tiempo perdido y olvidado, comienza un...