Capítulo 32 - Esqueleto, puertas cerradas para dos prisioneros.

175 47 26
                                    

 El escudo no se partió gracias a que ambos elevaron su uso de energía espiritual para fortalecerlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El escudo no se partió gracias a que ambos elevaron su uso de energía espiritual para fortalecerlo. Sin embargo, hacía ya un buen rato que Xiang Shen venía utilizando grandes cantidades de energía, y por supuesto, Xin Yuan notó el cansancio en su rostro.

—Ya no utilices la energía, acumula a partir de ahora. Lo haré yo solo.

—Mi energía está bien —negó con la cabeza—. Estás herido, ahorra y céntrate en curar eso. Es este lugar, es... Siento que apenas puedo respirar. —Se aclaró la garganta, intentando inspirar una gran bocanada de aire, y solo la mitad pudo ser inhalada de manera correcta.

Al escuchar eso, Xin Yuan juntó sus cejas y volteó a ver la serpiente de piedra que los perseguía. Esta vez, no se dejó atacar, fue él quien lanzó un ataque, demasiado potente quizás. La oscura energía salió despedida, impactando contra el enemigo, y también con los escombros del estrecho túnel, los cuales comenzaron a caer sobre sus cabezas; el sitio ya no soportaba ese tipo de impactos.

—¡Corre! —exclamó el demonio.

Se arrastraron lo más rápido que pudieron y salieron por una pequeña entrada. «Gracias a los cielos que había una salida», pensó el maestro. Pronto salieron del túnel y se colocaron en posición de defensa a los costados de la entrada, uno a la derecha y otro a la izquierda. Esperaban a que la serpiente lanzara algunas bolas más o saliera enloquecida por allí, lo que no sucedió.

—¿No vendrá? —preguntó en susurros Xiang Shen.

—Debió ser aplastada... Cayeron muchas rocas, no me sorprendería...

Frenó sus palabras al ver bien hacia arriba. En esa nueva sala no había una estatua lanza llamas ni una serpiente lanza bolas de energía, en cambio, se hallaba un esqueleto, mas no un esqueleto humano normal. Xiang Shen lo vio, tragó saliva y no se atrevió a hablar más. ¿Qué era esa cosa? La forma del esqueleto sí era humana, pero tenía unos veinte chi de altura; incluso si estaba sentado o dormido, se veía lo enorme y peligroso que podía ser. Los huesos eran fuertes y gruesos, y, a su costado, tenía un enorme zanbatō, su arma.

La criatura estaba sobre una plataforma alta, a la cual debían subir para verlo por completo. Era, de hecho, muy similar a la primera habitación y a la del enemigo giratorio.

Xiang Shen observó a su compañero.

—¿Te has hecho daño con las explosiones? ¿Qué tal está tu energía?

—Estoy bien, no fue mucho lo que utilicé, ¿tú estás bien?

—Sí.

Aliviado por escucharlo, Xin Yuan asintió y señaló el esqueleto.

—Bien, a ese amigo que duerme será mejor no despertarlo, ¿no crees? —preguntó, sarcástico, con esa sonrisa que hacía mucho que Xiang Shen no veía.

Grulla Negra《Hēi Hè》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora