Xiang Shen no solía encargarse de la cocina, siempre había sido Xin Yuan el encargado de estas cosas, por lo que, por costumbre, o por diferencia de habilidades, se mantuvo así a lo largo de los años. No era que Xiang Shen cocinara mal, todo lo contrario, mas prefería los platillos de su pareja.
Ese día fue diferente, estuvieron cazando toda la noche y la cultivación dual de ambos era cosa de casi todos los días. Era obvio que, en algún momento, hasta Xin Yuan caería exhausto y no se despertaría para preparar el desayuno.
Xiang Shen también estaba cansado, pero agradecía que pudieran cultivarse juntos. Hacerlo casi todos los días no era el problema, el problema era cuando Xin Yuan se descontrolaba a tal punto que lo dejaba con dolores en sus caderas; Xiang Shen podía compararlo con una bestia poseída. «No me puedo quejar demasiado...», pensó, dado que él, en muchas ocasiones, buscaba que Xin Yuan se descontrolara. No podía evitar querer verlo volviéndose loco por él, era como un deseo incontrolable. Claro, luego tenía que asumir las consecuencias.
La noche anterior no lo habían hecho, pues las bestias que rodeaban la zona parecían ser miles o infinitas, hasta él tenía sueño. Había un pueblito a pocos li de su hogar, de allí fue que sacaron la maravillosa idea de destruir el nido que se había estado criando. Creían que sería un problema fácil de llevar, y ahora se daban cuenta de que esas cosas se reprodujeron sin pausa en muchos años.
—Esta noche espero que terminemos... —murmuró, colocando el desayuno en una fuente.
Subió las escaleras de la casa e ingresó a la habitación donde dormía con Xin Yuan. Ahí, con el pecho al aire y desparramado por toda la cama, estaba él, su cabello negro estaba disperso por todas partes, sus cejas negras estaban bien cerradas al igual que sus labios. Las sábanas blancas cubrían solo su entrepierna, y aunque por debajo tuviera algo de ropa que cubriera esa parte, la escena era algo seductora.
Xiang Shen se acercó y dejó la comida en la mesa de noche, se sentó a su lado y lo cubrió. Todavía hacía frio en esa época, puede que ya casi no quedara nieve y el frio se dispersara, mas no podían descuidar su salud.
—Xin Yuan, ¿puedes levantarte?
Nadie contestó. Xin Yuan seguía respirando, sin inmutarse. Xiang Shen se acercó más y peinó las cejas negras, las cuales reaccionaron con un casi imperceptible temblor.
—Cariño... —susurró.
Siempre quiso llamarlo así, y era demasiado vergonzoso como para hacerlo. No obstante, estaba dormido, y no había problemas con intentarlo una vez.
Xiang Shen bajó sus labios y los conectó con los del otro, los lamió para buscar una reacción, pero no había nada qué hacer; Xin Yuan no despertaba. Resignado, y algo decepcionado, se puso de pie. De pronto, una mano pálida y tibia lo atrajo a la cama.
—¿Me vas a dejar durmiendo solo de nuevo? —preguntó con una voz ronca y coqueta.
—Y-yo no iba a hacerlo. No lo hice, fui a preparar el...
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Grulla Negra《Hēi Hè》
FantasiDespués de una muerte trágica en un pasado dudoso, Xiāng Shén renace en un nuevo cuerpo. Ligado a su alma, viajó un artefacto de recuerdos que él mismo creó antes de morir. Movido por el deseo de recuperar el tiempo perdido y olvidado, comienza un...