Capítulo 41 - Nuevo camino que seguir, los aliados no deben tardar en llegar

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 Al sentir que Xiang Shen se recostó sobre él, Xin Yuan se quedó como un enorme perro mimado y dócil

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Al sentir que Xiang Shen se recostó sobre él, Xin Yuan se quedó como un enorme perro mimado y dócil. Por otro lado, el joven Ying dejó de hablar, miraba hacia el frente, cosa que todos agradecían mucho. «Aunque Xin Yuan quiera verse rudo, es tan lindo y calentito». Xiang Shen se rio por dentro .

El resto del viaje todos estuvieron en silencio. Los tigres se mantenían en lo alto, moviendo elegantes sus alas, siguiendo las ordenes de Ying YongSi y realizando los movimientos indicados. Xiang Shen estaba bastante asombrado por eso, utilizar bestias para beneficio propio solía ser mal visto, ¿sería diferente ahora? «Han pasado nueve años, es normal que las cosas cambien. Cuando todo termine, le pediré a Xin Yuan que me cuente sobre lo que me he perdido».

—Hemos llegado, debemos bajar aquí... —anunció de pronto el tío más joven.

—Xiang Feng ya debe saber que fue idea tuya el entrar con los tigres —mencionó Xiang BaiYue—. ¿No es arriesgado venir aquí? Todavía estamos a tiempo de cambiar.

—Si es arriesgado o no, es asunto mío. Yo soy el rey de estas tierras, puedo hacer lo que quiera en mi palacio, y si quiero esconderme, me esconderé en él.

«¡¿Es el rey?! ¡¿Este niño rabioso es el rey de Ying?!», se cuestionó Xiang Shen.

—Por si te lo preguntas —Ying YongSi habló como si supiera que querían interrogarlo—, cuando sucedió el ataque al palacio y ciudad, yo no estaba en el reino. Algunos de mis hermanos me habían llevado a uno de sus viajes. Al regresar, nos escondieron y aseguraron, pues, según, Xiang Shen buscaba a todas las familias reales y las aniquilaba una por una. Mis hermanos no quisieron esperar u ocultarse, y, aunque no los mataras, terminaron enfermando. Yo sé que no fuiste tú quien los mató, no tengo del todo rencor hacia ti, solo te veo algo culpable.

«¿Del todo? ¿Qué quieres decir con "del todo" y con "algo culpable"? ¿Es una regla que los jóvenes sean complicados y no contesten adecuadamente?».

—Si sabes que no fue él, no deberías decir esas cosas. O tienes rencor o no tienes —bufó Xin Yuan.

Yǒng Sī contestó de inmediato, como si su respuesta estuviera esperando el momento adecuado para salir.

—Fue su debilidad emocional la que perdió ante una posesión, y fueron sus manos las que asesinaron a mi familia. No puedo no tener ningún rencor con él.

—El demonio que lo poseyó no fue cualquiera. Si hubiera poseído otro cuerpo, la persona habría muerto en el acto, ¿cómo es que él es débil?

—En cuanto a ti, Xin Yuan... —dijo, sin mirarlo e ignorando la interrogante del hombre—. Siento lastima por ti. Sé lo que hiciste en ese tiempo, agradezco que pudieras controlarlo en los momentos más críticos, pero... ¿Qué demonios pasaba? ¿Por qué él terminaba escapando de tus manos?

En ese entonces, Xin Yuan era quien detenía a Xiang Shen; aun si llegaba tarde, nunca permitió que destrozara algo al 100%. Si Xiang Shen se descontrolaba, él estaría para llevarlo lejos. Obvio, las personas, al verlos a los dos, no podían evitar pensar que uno ayudaba al otro a realizar esas tragedias para después escapar. No veían, ni necesitaban, ver la raíz del asunto, querían un culpable al cual odiar.

Grulla Negra《Hēi Hè》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora