Dylan
Recosté mi cabeza del hombro de mi abuela mientras ella observaba las fotografías en el álbum que sostenía en sus manos. Miré su rostro, ella tenía una nostálgica sonrisa al observar la imagen de su hijo fallecido, mi tío Henry. Nunca llegué a conocerlo ya que murió en un accidente de autos cuando él tenía veinte años y mi madre trece. En ese entonces ni Dominik ni yo habíamos nacido.
—Era un chico hermoso, se parece mucho a tu amigo rubio... cuando lo vi no pude evitar recordar a mi Henry —dijo ella acariciando la fotografía.
Observé a mi tío y asentí levemente. Sí tenía algo de parecido con Cameron, ambos eran rubios y tenían los ojos casi del mismo color, sus cuerpos también eran muy parecidos. En la fotografía que estaba viendo mi tío llevaba puesto un uniforme de rugby. Cuando una lágrima cayó sobre su rostro abracé a mi abuela rápidamente tratando de reconfortarla cuando comenzó a llorar. En cuanto Cameron me escribió un mensaje un poco desorientado contándome que mi abuela lo llamó Henry, comprendí a qué se debía así que le expliqué lo que había sucedido para que no se asustara o pensara algo malo.
—Gracias mi niño —dijo mi abuela alejándose un poco y limpiándose las lágrimas, le sonreí con un poco de tristeza.
No me imagino lo difícil que debió ser perder a su hijo. Mi madre nunca hablaba de Henry pero a lo largo de los años la he encontrado varias veces llorando a escondidas viendo sus fotografías. Siempre me pregunté por qué ella nunca hizo algún comentario negativo sobre la relación de Dominik con Cameron, contrario al show que armó cuando le dije que yo era gay, y creo que el parecido que tenía el rubio con mi tío podía ser una de las razones de aquello. Cameron le recordaba a su hermano mayor. Nunca había caído en la cuenta de eso, pero echando un vistazo atrás ahora recuerdo que cuando Cameron había venido algunas veces a la casa, por momentos mi madre se quedó absorta observándolo. Le tomé una foto al álbum y se la envié al rubio.
—Dylan... —miré hacia la puerta al escuchar a mi padre llamarme, él le sonrió a mi abuela con dificultad, se veía un poco alarmado y nervioso.
—Robert, ven a sentarte con nosotros —dijo ella con serenidad, el brillo en sus ojos delataba lo mucho que quería a mi padre. Mis abuelos lo habían tomado como a su propio hijo después de perder a Henry, incluso, cuando mi abuelo falleció le dejó el cincuenta porciento de las acciones de todas sus empresas, la otra mitad le pertenecía a mi madre.
—Me gustaría pero tengo unos asuntos pendientes, ¿puedes venir un momento, Dylan? —me levanté del sofá cuando mi padre dijo aquello, me disculpé con mi abuela y caminé hacia él sintiendo que tenía una piedra en el estómago. Mi corazón comenzó a doler por alguna razón.
—¿Pasó algo malo? —pregunté saliendo de la sala a su lado, él soltó un suspiro y asintió, comencé a temblar.
—No te alteres... —comenzó diciendo deteniéndose en el vestíbulo, lo miré con el ceño fruncido ansioso porque terminara de hablar, él me miró con duda.
—No me voy a alterar, ya dime —dije un poco desesperado, él tomó un abrigo del perchero que había en una esquina y se lo puso, comencé a imaginar cosas terribles. ¿Le pasó algo a Dean? —¿Por qué te pones eso? ¿A dónde vas? —pregunté viendo la hora en mi celular, eran las 12:23 de la noche.
—Edward me llamó hace un rato. Los Graham fueron a la casa de Will... parece que hubo un intercambio de disparos, cinco personas que iban con Mick murieron y Will está en la estación de policías...
Me tuve que apoyar de la pared para no caer cuando escuché eso, mi estómago estaba revuelto.
—¿W-Will mató a esas personas? —pregunté en un susurro mientras tomaba un abrigo y me lo ponía encima del pijama, cuando mi padre hizo una mueca mis ojos se humedecieron. Debía haber un error. Will no era un asesino.
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Mi Director [Homosexual/Gay]
Подростковая литератураDylan Brown es un chico de 18 años, hijo del primer ministro de Reino Unido. Una noche, el mejor amigo lo reta a ir a un bar gay, en dicho bar, Dylan se pasa de copas y termina acostándose con Will Collins, un sexy hombre de 24 años. Dylan pensó que...