Dylan
Me quedé acostado boca abajo observando como mi mejor amigo salía rápidamente de la ducha y rebuscaba con mucho cuidado entre su ropa. No estaría tan apurado por arreglarse si se hubiese despertado temprano, pero al parecer Vladimir lo mantuvo bastante entretenido hasta tarde...
No me sorprendía tanto que hubiesen hablado, era obvio que tarde o temprano tendrían alguna conversación sobre lo que ocurrió aquella noche. Lo que sí me pareció extraño y algo impactante, fue el hecho de ver a Dean salir en pijama de la habitación del ruso. Pero confiaba en su palabra, si él dijo que no pasó nada entre ellos, yo le creía.
Todavía faltaban unas cuantas horas para que comenzara la ceremonia de bodas. Me sentía emocionado a pesar del mal rato que pasé ayer debido a la desagradable sorpresa del ruso. Amaba los días de bodas, el ambiente era tan especial y dinámico, nadie ni nada arruinaría este día.
—No empaqué nada bueno... —murmuró Dean algo desalentado caminando de un lado a otro en bóxers, arqueé una ceja viendo hacia su closet, el cual parecía una colección sacada de las mejores tiendas del mundo y estoy seguro de que así era. Al ser uno de los modelos más populares, las marcas le pagaban por usar su ropa.
—Oh, vaya, odiaría ser tú en este momento —dije sarcásticamente ganándome una mirada desdeñosa de su parte. Él nunca se arreglaba demasiado, con su gran atractivo físico se vería bien hasta usando una bolsa de papas. Pero hoy estaba inusualmente estresado por su apariencia...
—¿Qué te parece esta? Creo que es demasiado... llamativa —dijo mostrándome la camisa crema de satín que se había puesto, al ser de mangas cortas dejaba a la vista sus levemente trabajados brazos. Levanté ambos pulgares como muestra de aprobación.
—Estoy seguro de que a David le encantará —solté con una risita sin poder evitarlo sabiendo perfectamente que él nunca se ha esforzado tanto en lucir bien ante su prometido. Obviamente le importaba verse perfecto para cierto hombre peligroso ignorando a su paso todas las advertencias que le hemos hecho. Mi mejor amigo se quedó observándome fijamente hasta que soltó un gran suspiro y se tiró a mi lado.
—Pégame —dijo sin más reincorporándose un poco, sin dudarlo me senté y le di una bofetada con todas mis fuerzas.
—¿Ya despertaste de tu fantasía? —pregunté con seriedad viendo cómo se sobaba la mejilla enrojecida, me dio igual ver la molestia en sus ojos negros.
—Dije pégame, no mátame —contestó todavía mirándome mal, me encogí de hombros. Lo necesitaba.
—¿Y bien? —dije esperando la respuesta a mi pregunta anterior, él dejó caer los hombros y lentamente se recostó en la cama.
—No sé qué diablos pasa conmigo, es como si se hubiese metido en mi cabeza con solo hablarme unos minutos... —confesó dejando relucir en sus ojos algo de temor, no pude evitar asustarme un poco yo también.
—Lleva años dentro de tu cabeza, no me sorprende tanto que estés así... —murmuré siendo ahora plenamente consciente de que Dean nunca lo superó del todo. Vladimir ha tenido demasiado poder sobre él, cosa que se incrementó durante todos los años en los que creíamos que estaba muerto. Probablemente estuvo despertándose y yéndose a dormir con ese hombre en la mente durante un largo periodo de su vida.
—Tengo que ignorarlo... —susurró convencido de aquello, hice una mueca. Era evidente que el "plan" de ignorarlo no daría tanto resultado, hasta un ciego podría ver toda la atracción que había entre ellos, acompañada de algo de odio por parte del ruso. Eso olía a peligro y mil años más de terapia psicológica para mi mejor amigo. No podía permitirlo.
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Mi Director [Homosexual/Gay]
Novela JuvenilDylan Brown es un chico de 18 años, hijo del primer ministro de Reino Unido. Una noche, el mejor amigo lo reta a ir a un bar gay, en dicho bar, Dylan se pasa de copas y termina acostándose con Will Collins, un sexy hombre de 24 años. Dylan pensó que...