Dylan
Abracé a Will en silencio mientras enredaba mis dedos en su cabello negro, respiré hondo para mantener la calma, al verlo llorando me dieron ganas de llorar a mí también, es la primera vez que lo veo de esta forma... tan frágil y vulnerable. Me dan ganas de protegerlo de todo lo que pueda causarle dolor, sé que no debo llorar, eso podría ponerlo peor. Le demostraré mi amor cuidando de él en este momento tan difícil.
Me alejé un poco y acaricié sus mejillas mientras él me miraba a los ojos.
—Yo sabía que esto pasaría pronto... estaba muy enferma... —lo escuché con atención, sentí un nudo en la garganta cuando él me agarró de las manos. —Ella quería conocerte... —me sorprendí al escuchar eso, él sonrió con melancolía, inevitablemente mis ojos se llenaron de lágrimas. ¿Cómo se supone que debo ser fuerte ante esto?
Le había hablado sobre mí a su madre...
Bajé la mirada y sonreí levemente, cuándo alcé la vista lo descubrí observándome con ternura...
—Me hubiese encantado conocerla —afirmé sonriéndole un poco y aguantándome las lágrimas, él suspiró y me sonrió genuinamente dejándome embobado, sus ojos verdes mostraban agradecimiento. —¿Cuándo fue? —pregunté en voz baja mientras entrelazaba nuestros dedos.
Sonreí al ver que no encajaban perfectamente entre sí, sus manos son más grandes que las mías. No me importó, para mí esto era perfecto.
—Anoche, pero me enteré hace unos minutos —contestó distraídamente, hice una pequeña mueca.
—¿N-No irás a v-verla? Lo siento, v-vine en un mal m-momento —me disculpé, él no la ha visto y yo estoy reteniéndolo aquí...
—Ella estaba en Japón, la traerán mañana... —asentí cuando dijo eso, no pasé por alto que sus manos seguían frías, las froté contra las mías. —Dylan...
—Dime —susurré concentrado en calentar sus manos.
—No viniste en un mal momento, eres lo que más necesito ahora mismo —sus palabras me dejaron sorprendido, cerré los ojos con fuerza al sentirlos llenarse de lágrimas, solté sus manos y me cubrí los ojos mientras negaba, él me necesita... traté de limpiar mis lágrimas pero no dejaban de salir, maldije en voz baja, miré a Will, él estaba observándome detenidamente con una pequeña sonrisa, apenado le di la espalda y me limpié las mejillas rápidamente, traté de soltarme cuando me agarró una mano. —¿Por qué lloras? —preguntó suavemente, hice un puchero y me relamí los labios cuando me agarró de la cintura. Me dije que no podía llorar, pero con las cosas que este hombre me dice es imposible no hacerlo.
—D-Dices que me n-necesitas... e-eso me hace feliz, q-quiero estar -siempre para ti —dije con sinceridad, él se quedó en silencio observándome de una forma extraña, mordí mi labio inferior con nervios, pensé en qué decir para que dejara de verme así. —S-Si quieres puedes desahogarte, t-te e-escucharé —añadí nervioso, él me acercó más a su cuerpo, no dije nada cuando me hizo sentarme sobre sus piernas, él seguía en silencio. —¿Qué? —pregunté frunciendo el ceño y más que abochornado, sé que digo estupideces, pero es lo que siento y lo que pienso. Will se rió haciéndome abrir mucho los ojos.
Lo observé mientras se reía, hice un puchero y traté de levantarme de sus piernas pero él me agarró con firmeza por la cintura, mi corazón se hinchó cuando me abrazó acurrucándome protectoramente en su pecho, en silencio lo abracé yo también, él tenía una gran sonrisa.
—¿Dónde te habías estado escondiendo todo este tiempo? —susurró en mi oído, me estremecí y pegué mi cabeza de su pecho.
—Lo mismo te pregunto —murmuré escuchando los latidos de su corazón, él me apretó más contra su cuerpo.
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Mi Director [Homosexual/Gay]
Teen FictionDylan Brown es un chico de 18 años, hijo del primer ministro de Reino Unido. Una noche, el mejor amigo lo reta a ir a un bar gay, en dicho bar, Dylan se pasa de copas y termina acostándose con Will Collins, un sexy hombre de 24 años. Dylan pensó que...