Dylan
Cubriéndome con las sábanas me levanté de la cama y caminé hacia la puerta dando lentos pasos. No quiero creer que Will se fue, mi corazón duele de solo pensarlo.
Abrí la puerta y salí. Miré rápidamente alrededor, caminé nervioso hacia la cocina esperando encontrarlo allí, pero todo estaba desierto. Él se ha ido. Regresé cabizbajo a mi habitación, me siento tan utilizado.
Sé que solo quiere sexo pero no pensé que fuese tan imbécil como para irse sin más.
En cuanto entré cerré la puerta y dejé caer lentamente la sábana, pasé suavemente mis dedos por aquellos chupetones rojos que había por todo mi pecho y mi vientre, mi trasero dolía mucho. Sintiendo mi cuerpo como un bloque de hielo dejé las sábanas en la cama y caminé hacia el baño, en silencio comencé a bañarme.
Fruncí el ceño al ver un poco de sangre a mis pies, ni siquiera bajé la vista a aquella zona que él acarició, pero también lastimó anoche, pegué mi frente a pared y dejé que el agua recorriera mi cuerpo.
. . .
—¿Qué te sucede?
Levanté la vista de mi desayuno y miré a Dean, él me estaba mirando con preocupación, me encogí de hombros.
—Me duele un poco la cabeza —mentí muy calmado y me llevé una cucharada de cereal a la boca.
Él me observó con sospecha, sabía que no se lo creería pero, ¿qué más podría decirle?
"Oye Dean, tuve sexo con nuestro director y él se fue en mitad de la noche sin avisar, dejándome como a una puta barata y eso por alguna razón me duele mucho"
No le diría eso.
—¿Y qué hiciste anoche? —pregunté muy interesado, él se sonrojó y bebió de su vaso de leche, arqueé una ceja.
—Cosas —respondió mirándome de reojo. Susurré un "oh" y me incliné hacia él.
—¿Cosas como qué? ¿Papi te dio leche? —pregunté maliciosamente mirándolo más de cerca, él abrió mucho los ojos y casi escupe la leche en mi rostro, suerte que me alejé a tiempo.
Solté una carcajada al ver su mirada asesina. Dean es más virgen que el aceite de oliva, y me sorprendería mucho que mi padre decida cambiar eso pronto.
—Vámonos —dijo parándose y estirando sus brazos, me levanté lentamente y me mordí con fuerza el labio, el dolor en mi trasero era fatal.
—B-Buscaré mi mochila —dije y salí lentamente de la cocina. Jamás volveré a hacerlo con Will.
Fui hasta la sala de estar y tomé el frasco de aspirinas, saqué dos y me las metí disimuladamente en la boca.
—No puede ser...
Miré con temor hacia atrás, Dean estaba ahí parado mirándome con sorpresa, tragué duro, las aspirinas me bajaron con dificultad, comencé a caminar apresuradamente hacia mi habitación ignorando el dolor y dejándolo atrás.
—Estuviste divirtiéndote con el director —dijo él aun sorprendido mientras me seguía, yo bufé y tomé mi mochila que estaba sobre mi escritorio.
—Alucinas —respondí negando y mirándolo con lástima, él arqueó ambas cejas y caminó hacia mi cama.
Me crucé de brazos y lo observé mientras se acercaba a la cama con una mirada escrutadora, ¿qué piensa hacer?
Él agarró las sábanas y las abrió, me preocupé al ver como su expresión cambiaba a una horrorizada, seguí su mirada, me quedé de piedra y hasta yo me horroricé al ver sangre en las sábanas, reprimí una maldición a duras penas.
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Mi Director [Homosexual/Gay]
Novela JuvenilDylan Brown es un chico de 18 años, hijo del primer ministro de Reino Unido. Una noche, el mejor amigo lo reta a ir a un bar gay, en dicho bar, Dylan se pasa de copas y termina acostándose con Will Collins, un sexy hombre de 24 años. Dylan pensó que...