El timbre de la puerta trajo a Daniela de regreso tras haber caído profunda.
Al principio sintió que el timbre era solo parte melódica de sus sueños, tal como lo eran todos aquellos sonidos que intentaban alejarla de ese necesario descanso, pero la insistencia de quien fuera que estuviera en su felpudo, la hizo darse cuenta de que el sonido era real, y que debía ir a abrir la puerta.
Observó por la mirilla al momento que alcanzó la puerta, sonriendo al ver de quien se trataba, pues sabía que ella iba a ser la primera en pensar en ella.
-Hola Juli- Alegó al abrir la puerta.
-Dani... ¿Que demonios te ha pasado?- Preguntó con los ojos abiertos como platos al observar a su hermana pequeña- Parece como si hubieras estado llorando todo el día- Hablaba mientras atravesaba el umbral de la puerta y se dirigía al salón- Más bien, como si hubieras llorado por días.
Daniela cerró la puerta y se dejó caer en el lugar libre del sofá junto a su hermana.
-No es nada, solo alergia- Excusó la castaña, pero la rubia frente a ella no compró su mentira- En serio, no es nada sis- La rubia arqueó una ceja mostrando la poca intención que tenía de creer sus palabras.
-¿Quieres que te vuelva a preguntar más tarde o que simplemente me quedé mirándote fijamente hasta que sueltes prenda?- Preguntó con toda la seriedad del mundo, aunque Daniela sabía que la joven frente a ella sólo bromeaba. Juliana sonrió antes de que la más joven pudiera articular palabra.
-Más tarde- Espetó por fin la castaña- Estoy muy cansada ahora para hablar de eso.
-Pareces agotada- comentó la rubia de acuerdo con su hermana- ¿Que te tiene tan cansada hermanita?- Enviándole una mirada pícara- ¿El vuelo?
-Tonta- habló la castaña antes de darle un ligero codazo. Intentó reír como normalmente lo haría, pero el hueco en su corazón seguía presionándola- Estoy hecha un desastre Juli, un verdadero desastre- confesó por fin, reclinándose en el espaldar del asiento, si hay algo de lo que estaba segura era de que nunca podría engañar a su hermana.
Juliana observó a su hermana en silencio por unos segundos, analizando las señales que esta le enviaba. Por alguna extraña razón, le daba la sensación de estar frente a una de sus amigas cuando les daban calabazas... pero eso era imposible; ella había ido a cenar con Daniela el día antes de marcharse a Londres y estaba perfectamente. ¿Que había sucedido en tres días que ahora su hermanita se veía devastada?
-Te propongo algo- Habló por fin la rubia tras unos segundos en silencio. Una idea improvisada se le había colado en los pensamientos- Una noche de chicas, en el mejor club de la ciudad- Daniela la observó con los ojos entrecerrados, pues aquel plan le parecía la peor idea de la historia en aquellos momentos- Quedé con las chicas en una hora, más o menos, estoy segura de que con un poco de alcohol te activas.
-La verdad, no estoy para...
-Venga Dani, no seas aguafiestas- interrumpió la rubia rápidamente- Ambas sabemos que una noche loca es lo que te hace falta para levantar el ánimo, es más- la sonrisa pícara regreso a su rostro- Yo pago por las bebidas esta noche.
Una de las cosas que Daniela más adoraba de su hermana mayor era que siempre tenía una solución para sus problemas, no importara que tan difícil pareciera para la castaña encontrar una salida, Juliana siempre parecía encontrarla con facilidad.
Otra cosa que la castaña también sabía, era que Juliana no aceptaría un no por respuesta, menos después de ofrecerse a pagar, esa era su última jugada, siempre que la utilizaba significaba que estaba dispuesta a todo para conseguir lo que quería. Al parecer Daniela debía tener un muy mal aspecto para que su hermana utilizara todos sus recursos para sacarla de aquel estado.
Daniela la observó un instante antes de asentir, aceptando por fin la invitación.
La joven decidió ir a prepararse mientras su hermana se entretenía preparando todo. En realidad, Juliana tenía otros planes esa noche, pero no era nada que no se pudiera ajustar un poquito.
Daniela no tardó mucho en estar lista, pues no puso demasiado esfuerzo en ello. Aún así, se veía radiante, nada que ver con la chica deprimida que había sido un par de horas antes; el sentimiento de vacío seguía en su interior, pero sabía que debía olvidarse de ello.
Sin prestar demasiada atención al proceso, Daniela y Juliana utilizaron el ascensor para llegar al sótano del edificio, donde el Audi R8 de la rubia se encontraba perfectamente aparcado en el sitio correcto, para sorpresa de Daniela, el asiento del conductor parecía estar ocupado. La joven frunció el ceño antes de dirigir la mirada hacia su hermana, quien ignoró la situación.
-Juliana- Soltó la castaña entre dientes tras darse cuenta de quien estaba en el auto; nada más y nada menos que Mario Ruiz, el nuevo novio de su hermana. La rubia dejó escapar una ligera carcajada antes de abrir la puerta del copiloto, justo antes de adentrarse en el vehículo se giró hacia su hermana.
-Te lo pasarás genial, sister, te lo prometo- Aseguró la rubia.
-Pensaba que iba a ser una noche de chicas- Recordó la castaña.
-Y lo será, pero antes Mario y yo tenemos un compromiso de trabajo- Daniela volvió a fruncir el ceño- Es una cena aburrida con gente importante de Hollywood, ya sabes, Mario y sus compromisos. Te prometo que solo estaremos allí 1 hora, y luego nos marcharemos, te lo prometo.
-No creo que sea una buena idea, Juli- Argumentó la joven rápidamente- Ademas, yo no pinto nada ahí.
-Por Dios, hermanita, tú ya eres parte de Hollywood, estoy prácticamente segura de que también estabas invitada- Daniela negó con la cabeza rápidamente, segura de que ella no había recibido ninguna invitación a nada- Por favor, Dani, no seas aguafiestas ¿Si? No nos tardaremos mucho.
La castaña finalmente decidió ceder, entendiendo que era prácticamente imposible obligar a que su hermana cambiara de opinión.
ESTÁS LEYENDO
Broken
FanficUn trabajo en común era lo único que relacionaba a Daniela Calle con la aclamada actriz Poché Garzón. Lo que nunca imaginó fue que su desdichada fortuna la llevaría directo a los brazos de la renombrada actriz. ¿Conseguirá quedarse entre ellos?