Capítulo 38: Una Mañana Casi Perfecta.

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En opinión de Daniela Calle, no había mejor manera de despertar que como lo hizo aquella mañana

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En opinión de Daniela Calle, no había mejor manera de despertar que como lo hizo aquella mañana. Apenas abrió los ojos, y sintió la temperatura fresca de la habitación, la cual provocó que se estremeciera, para, a continuación, sentir como sus fosas nasales se inundaban de un delicioso aroma bastante conocido.

-Pancakes- murmuró para si misma antes de estirarse, ocupando la mayoría del espacio que constituía la cama, causando que su cabeza llegara hasta la almohada a su izquierda, esta estaba impregnada con el dulce aroma característico de la persona que más amaba en el mundo; sin pensarlo dos veces, hundió el rostro en esta, permitiendo que una sensación de plenitud se colara en su interior mientras los recuerdos de la noche anterior recorrían su mente. Tras unos minutos, decidió ir en busca de la dueña de sus pensamientos.

Para su sorpresa, la encontró en la cocina, en ropa interior, bailando al compás de la música que salía de sus AirPods mientras hacía pancakes. Daniela no se pudo contener a tomar varias fotografías de ella, hasta que finalmente fue descubierta.

-¡Ey!- Daniela se echó, acercándose a ella y entrelazando sus brazos en la cintura de la morena- Buenos días ¿Tienes hambre?

-De ti, siempre- Esta vez fue Poché quien dejó escapar una carcajada, antes de que la joven robara un dulce beso de sus labios.

-Eso huele delicioso, mi amor- Aseguró la castaña al acercarse al fogón.

Desayunaron entre risas y besos, algo que ambas disfrutaron mucho. Tras recoger la mesa, se dirigieron a la ducha, donde compartieron más que un simple baño.

-¿Estarás bien sola por un rato, amor? Tengo que ir a resolver unos asuntos en la casa y comprobar que todo esté listo para cuando mis hijos regresen de visitar a sus abuelos- Daniela hizo un puchero al darse cuenta de que Poché pretendía abandonarla.

- Supongo que tendré que salir a dar un paseo o algo así para entretenerme- Poché negó con la cabeza al instante.

- No señorita, el médico dijo que debías descansar.

-¿Qué se supone que debo hacer entonces?- Se dejó caer en la cama de manera divertida, Poché dejó escapar una pequeña carcajada antes de sentarse junto a ella.

-Puedes... ver una película, hacer compras por internet, no se- Poché sonrió.

-Y tendré que hacer lo mismo mañana, y al día siguiente... no creo poder aguantar este encierro mucho más tiempo- continuó quejándose como una niña pequeña.

-¿No voy a tardarme tanto sabes? Regresaré en un par de horas- Poché le dio un beso en la mejilla- Además, ya se que puedes hacer, ¿Por qué no... redecoras el apartamento a tu gusto? Sin duda le hace falta un poco de calidez a este sitio, parece un hospital- ambas dejaron escapar un par de carcajadas.

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