CAPÍTULO (84)

30 3 0
                                    


CAPÍTULO OCHENTA Y CUATRO —
EL CEMENTERIO

Me incorporé sobre cogida mirando a mi alrededor. Mi temblaba todo el cuerpo y me picaban la punta de los dedos. Con el medio a flor de piel saqué rápidamente mi varita y con el conjuro Lumos iluminé nuestro alrededor.

— Helena, ¿estás bien? — me preguntó Cedric desde el suelo

— No —

— ¿Qué pasa? — se incorporó Harry posicionándose a mi lado

— He visto este sitio antes. En las visiones — miré con preocupación a mi hermano

— ¿Has estado aquí antes? — me preguntó Cedric poniendo los brazos en jarra mientras miraba a nuestro alrededor

Negué mirándole con lágrimas en los ojos. Iba a pasar, ¿verdad? Las visiones iban a cumplirse. Cedric iba a morir.

— Tenemos que irnos —

— Pero, ¿dónde estamos? — preguntaba el Hufflepuff — ¡Chicos, la copa es un translador! — decía maravillado

Una lágrima recorrió mi mejilla fría colándose por mis labios entreabiertos.

— ¡Tenemos que volver a la copa! — exclamaba Harry — ¡Rápido! —

— ¿Qué has visto? — me coloqué a su lado y casi me caigo de culo al ver la lápida que observaba

TOM RIDDLE

1905 - 1943

Entonces, el chillido de una puerta sonó en el silencio del cementerio.

Miramos de dónde había venido el sonido. Una luz amarillo nos dejó ver una figura no muy alta y regordeta. Parecía un hombre. De golpe sentí un pinchazo en el cuello. Caí al suelo de rodillas por el intenso dolor proveniente de la cicatriz. A mi lado casi se tambaleó igual tras dejar un gemido de dolor.

— ¿Qué pasa? — preguntó Cedric alarmado

— ¡Vuelve a la copa! — exclamé cuando sentí su mano sobre mi hombro

Volví a gemir y miré hacía el hombre que se aproximaba al caldero al fuego que se había encendido tan repentinamente como había aparecido el dolor en nuestras cicatrices.

Era Peter Pettigrew, el mortígafo que traicionó a nuestros padres y culpó a Sirius de sus delitos. En sus brazos llevaba algo. Lo envolvía en una sabana negra pero no reconocí que era.

— ¿Quién eres? ¿Qué quieres? — preguntó valiente Cedric apuntando al Colagusano (cómo lo llamaba Sirius) con su varita

— Mata al otro —

¡Avada Kedavra! — exclamó sin pudor Pettigrew

— ¡No! — grité con la voz desgarrada

El chico fue elevado y cayendo totalmente inerte a los pies de la lápida de Tom Riddle.

Ignorando el dolor ardiente en el cuello arrastré mis rodillas hasta él. Le toqué el pecho con las manos temblorosas y las lágrimas empapando mis mejillas.

— Cedric... — balbuceé con un atisbo de esperanza, totalmente inútil

Escuché, a mis espaldas, el crujir de las hojas y los gemidos de dolor de mi hermano. Me giré y observó como Pettigrew ponían en pie a Harry con su varita y lo elevaba hasta empujarlo contra la terrorífica estatua de la tumba del actual Voldemort, que se movió y acorraló a Harry entre la piedra y un bastón del mismo material.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una Potter Serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora