Capítulo 41

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Harry todavía estaba medio adormilado cuando montó en el coche la mañana del lunes temprano. Había dormido de seguido, pero Louis había decidido madrugar demasiado para llegar a Doncaster a una hora decente, había dicho. Harry sabía que en realidad eran los nervios contenidos y la necesidad de enfrentar lo que tuviera que ocurrir a la mayor celeridad posible. Agradecía poder estar ahí para Louis.

Se trataba de un viaje de tres horas si decidían no parar, cosa que parecía de lo más lógica si no querían acabar en las portadas sensacionalistas de la semana. Harry no quería acabar durmiendo en el trayecto, por eso le había pedido un café cargado antes de salir y emprender el camino.

Harry había sido el que había propuesto el plan, en realidad era él quien debía, entre comillas, dar la cara por aquella medio emboscada.

-No quiero que pienses que me he quedado para ir a Doncaster- le dijo a los cinco minutos de salir, cuando estaban a punto de encarar la autovía general al norte-. Desde que me dijiste dónde viviste he querido ir a Doncaster; Liam también me ha comentado que representan El terror del amigo en un ciclo durante el año en vuestro colegio, también quiero ir a verla; quiero conocer a los O'Connor, y pronto, y también a tu editor, a tu mánager... todo lo que tenga que ver contigo. No me he quedado por Doncaster, me he quedado por ti, ¿vale?

Louis no supo qué contestar, las palabras no parecían significar nada, tampoco podía pronunciar ninguna de ellas. Todo era tan nuevo y la vez tan claro, tan enorme pero simple...

-También me gustaría presentarte a mi familia, sé que ayer te dije que es pronto, pero no quiero dejarlo pasar en el tiempo. Lo cierto es que pese a que tanto mi madre como mi hermana te han leído y aclaman tu trabajo... ninguna de las dos es la mayor fan de tu persona.

Louis asintió con comprensión.

-Me gustaría que conocieras a la banda, aunque tampoco ellos te admiran, y obviamente querría que conocieras el estudio, la gente con la que trabajo, y a algunos amigos del mundo.

-No quiero conocer a Grimshaw- negó con rotundidad Louis, pues fue ese el primer pensamiento que le llegaba a la mente al pensar en amigos de Harry-. Puedo entender que tu entorno me aborrezca, no es el mejor primer paso, pero a partir de ahí solo puedo ascender. Pero me niego a conocer y ponerle buena cara a ese idiota.

-Lou...

-No, no... He escuchado la radio, últimamente no deja de decir gilipolleces sobre mí. Como ese programa hace unos días... Dijo que había leído el primer libro, y que le había parecido bastante mediocre y sobrevalorado. ¿Sobrevalorado? Sobrevalorado está su programa, sus entrevistas y la música que parece gustarle.

-Le gusta mi música- dijo Harry medio ofendido.

-Tú eres la excepción. Tú pareces ser su excepción. ¿Cuántos años tiene? ¿Cincuenta?

Harry, que había permanecido en una pausa expectante, rompió a reír con las últimas preguntas de Louis.

-No me lo puedo creer, ¡estás celoso!- gritó sin parar las carcajadas.

-No estoy celoso, nadie podría estar celoso de un cincuentón que sale con jovencitos y que tiene un programa de radio para adolescentes.

-No tiene cincuenta, su programa es uno de los más escuchados de toda Inglaterra, y tú estás muy guapo cuando me celas.

-No te estoy celando, puedes quedar con él cuando quieras, pero yo no voy a conocerle.

-Oh, sí que le conocerás.

-No pienso hacerlo. Si me obligas voy a decirle un par de cosas a la cara que te avergonzarán, y entonces él volverá a insultarme entre líneas, porque él sí está celoso, y entonces tú tendrás que elegir y...

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora