El Café 17 - Louis y Harry

Capítulo 34

Harry había optado por pasar la mañana fuera para no tener problemas de autocontrol. Niall, como mal amigo, pero buena persona, había tratado de convencerlo hasta el último minuto contándole todas las cosas que Louis tenía preparadas para ellos el fin de semana.

"Al parecer hay un lago cerca de su casa y vamos a hacer una excursión el sábado por la tarde si hace buen tiempo".

"Amalia dice que Louis le ha mandado fotos, tiene una piscina climatizada, Harry. ¡Climatizada! A mí no me dejasteis poner el jacuzzi en el café, ¡pues Louis tiene hasta una sauna!"

"Porfaaaaa, ven con nosotros, por favoooooooor".

Harry no había accedido, le había dado largas, primero había ido por la ruta de la negativa firme alegando que del que seguía hablando sin parar, el de los paseos, el lago y la piscina, seguía siendo Louis Tomlinson. Al no convencer con ello a Niall, se había inventado una reunión importante con una marca de moda que llevaba tras él un tiempo. No era del todo mentira, pero la reunión iba a durar una hora como mucho y Harry iba a recluirse el resto del fin de semana en su cuarto, con la guitarra, café y el vídeo de James y Louis en bucle. Eso nadie tenía por qué saberlo.

Pensó que iba a ser más complicado de lo que acabó siendo. Era también un poco lógico. Todas las noticias tienen un punto álgido y una pendiente desorbitada de regreso a la indiferencia. La entrevista de Louis había logrado varias cosas, la primera de ellas, y más importante, era el hecho de que Louis había pasado de ser persona non-grata en el mundo, para pasar a tener todas las puertas abiertas a su persona. El mundo le adoraba y eso era bueno. Por otro lado, la prensa del corazón, lejos de sentirse ofendida por las acusaciones vertidas contra ellos, habían elegido hacer oídos sordos y publicar en centenares de medios las palabras de Louis y algunos inventos a partir de ellas que incluían a Harry, pero que también habían divagado por otros derroteros como que Louis en realidad se había enamorado de Liam y que ellos por fin habían dado el paso de la amistad al amor. Todos inventos que Zayn había reído frente al tormento momentáneo en los ojos del dramaturgo. Otro de esos puntos, que Harry en secreto había reconocido como interesante, había sido la aparición de fanarts que incluían imágenes de Louis y él mismo en distintas situaciones, algunas de ellas poco aconsejables para los niños y las abuelas. La última, y con la que Harry aún trataba de luchar, era el hecho de que había aceptado de una vez y para siempre que Louis tenía el poder de hacer con él lo que quisiera.

Ese último hallazgo había motivado su interés a permanecer en Londres pese a la insistencia de Niall, las palabras veladas de Amalia y los postres que la señora Freeman había cocinado un día antes. No podía tener el control sobre sí mismo si Louis ocupaba la misma habitación que él. No podía, así que lo mejor era permanecer alejado de la posibilidad.

La reunión había sido un éxito según su equipo, un contrato de dos años prorrogables, diseños personalizados y del gusto personal de Harry, un buen plus económico y varias sesiones de fotografía para los próximos meses con la que sería la llegada de su segundo disco.

Además, con aquella reunión programada, había conseguido evitar el momento de la despedida y las últimas dudas. Ellos se marchaban a medio día tras cerrar el café antes del almuerzo y Harry llegaba tras haber comido con su equipo en un restaurante céntrico. Observó el café con el cierre, la librería frente a él también a cal y canto y suspiró redescubriéndose en soledad y libertad por un par de días.

Sin embargo, cuando metió la llave en la puerta del apartamento y esta solo giró una vez, dándole a entender que no tenía el cerrojo echado, un gruñido salió de entre sus labios.

Liam estaba sentado en el sofá con la tele encendida a la que no prestaba demasiada atención. Se volvió hacia él con una sonrisa leve.

-Hola- saludó dejando las llaves y su cartera en la entrada.