Capítulo 9

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Había estado en la casa de los padres de Liam en Liverpool algunas navidades. Liam se la compró a las afueras de la ciudad cuando comenzó a ganar dinero con su primera obra. Habían viajado desde Los Estados Unidos varias veces aunque Louis nunca había actuado de una manera muy correcta si lo pensaba bien.

Esconderse detrás del "ellos saben que mi familia murió así que deben entenderlo" había sido tan sencillo que no creyó en ningún momento que otra actitud fuera más apropiada. Sin embargo, en el tren estuvo reflexionando sobre ello y se dio cuenta de que había sido un capullo. Y no es que no hubiera sabido que lo era antes, Louis aceptaba con dignidad que era un completo gilipollas, lo llevaba con más aceptación de la debida, pero se había dado cuenta de que, a diferencia de hacía unos años, ahora se arrepentía de haberse comportado de esa manera, y más con gente que tanto le había demostrado.

No tenía un discurso preparado para Liam, no había pensado mucho en ello, imaginaba que nada más verle las palabras saldrían solas, porque las tenía, estaban medio agrupadas en su interior, solo tenían que ser colocadas un poco. Así que, cuando el taxi le dejó en la puerta exterior de la casa, la que daba al jardín principal, Louis pensó que lo difícil había sido el camino hasta llegar ahí, y que ahora solo tenía que decir lo que debía y quería decir.

No esperaba que fuera precisamente Liam quien le abriera la puerta de madera y el que diera la cara en primer lugar. Pero Liam tenía ese punto de sorpresa con el que nunca se podía estar seguro de qué esperar.

Hacía ocho meses que no le veía, ocho meses en los que le había echado tanto de menos que la propia tristeza de la soledad se había agazapado en él mismo, haciendo un hoyo y quedándose de tal manera intacta que Louis la hizo parte de él y se empezó a acostumbrar a ella. Se había acostumbrado tanto a esa sensación que cuando vio a Liam pensó que el tiempo no había pasado, que nunca habían estado separados más de un par de días y que todo seguía igual entre ellos.

Claramente Louis no supo leer en las facciones y en la postura seria de Liam que las cosas no eran tan sencillas. Y quizá por ello no aguantó la emoción del momento, dejó la maleta de la que tiraba a un lado y se abalanzó sobre el pecho de su amigo en un abrazó que no entendió hasta ese momento cuánto había necesitado. La tensión en la espalda de Liam se perdió ligeramente y suspiró en el hombro de Louis negando para sí mismo porque no era en eso en lo que había quedado con su persona desde que había sabido que iba a aparecer en su casa.

-Lo siento- fue lo primero que Louis dijo, lo único que sí tenía preparado para decir-. Lo siento tanto...

Ante la presión, Liam no pudo hacer otra cosa que apartar a Louis de su pecho con las manos en sus codos y retirarlo hacia atrás para pensar con claridad.

Desde que ello se hicieron amigos, desde que se conocieron en ese club de teatro hacia el que ninguno tenía una especial vocación, ambos habían intuido en un principio y sabido tiempo después, que no iba a dejar de ser amigos nunca, ni aún en las peores circunstancias. Liam lo había intentado cumplir, porque una promesa de amistad, no se realiza para romperse. Liam había trabajado consigo mismo para aliviar y ayudar a Louis en el camino de la pérdida y del luto más brutal, lo había hecho hasta que se había dado cuenta de que en realidad lo único que había hecho era acompañar un luto, no había logrado nada más con su persona que mantener a Louis en un estado de latencia del que no despertaba. Y no es que hubiera llegado un día en el que se hubiera hartado de su mejor amigo, sino que se había dado cuenta de que quizá hacía tiempo que Louis no era su mejor amigo.

Le había costado mucho trabajo estabilizarse, le había costado trabajo volver a Inglaterra sin Louis y dejarle atrás. Le había costado trabajo no llamarle con el corazón destrozado después de ver a Zayn con su propio corazón lleno y una sonrisa enamorada. Y le había costado lágrimas y sollozos en el hombro de su madre, no llamarle cada día para simplemente preguntarle cómo estaba. Se había convencido de que era Louis quien debía dar el paso, quien debía rebajarse por una vez y hablar. No lo había hecho en ocho meses. Cuando mayo había pasado, Liam había realmente dejado de esperar y cuando semanas después le habían llamado directamente de Hollywood ofreciéndole algo que no podía rechazar, Liam por primera vez no había consultado un paso profesional con Louis.

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora